“Pero si estas chicas sólo salen en las películas, ¿qué hace ella en este instituto?”, tan sólo tenía 12 años cuando me tropecé en el pasillo con la primera chica que me gustó, y pensé eso. Tan inocentes, tan pasionales, tan simples y tan puros son los sentimientos cuando germinan. Con esa chica no volví a hablar hasta que conseguí ser un poco popular para tener confianza en dirigirle la palabra. Pero, la primera vez que me enamoré, lo hice de una carta. Olía a perfume, tenía cientos de colores y tardé en abrirla algo así como 5 minutos. Era tan hortera, que era perfecta para mi decena de años, tan elegante…me enganchó. No conocía a la chica, pero creo que no llegué a hacerlo nunca, nuestra relación se basaba en buscarnos en los cambios de clase para hacer el intercambio de cartas y de risas nerviosas que no acababan en nada, e incluso a veces no éramos nosotros mismos sino algún intermediario que actuaba de cartero en forma de ahorro de vergüenza. Era un amor capaz de todo, promotor de fantasías que sólo ocurrían en nuestras mentes…así fue mi primer amor, y no fue oral, sino escrito.

 

Pablo Melgar

 

Ésta era mi canción favorita de los 12 años, y con ella me auto-enamoraba y auto-destruía en la adolescencia…

 

Con tu boca sueño y pienso más

cada noche te imagino en mi canción

con tus ojos cielo, miel y sol

voy perdiéndome en un mundo sin razón.