La primera palabra
1992. Agarro el futuro y nazco. Recuerdos borrosos de un piso en Madrid.
Un parque con árboles, un mundo de gigantes (primera sociedad).
Un salón, un pasillo y una puerta corredera (primera soledad). Voy a gatas.
La cama donde saltaré algún día (primer deseo).
Un chupete cayendo por la ventana (primera decisión). Ya no soy un bebé, me dicen.
La pelota (el primer amor) me da risa.
La cuchara del yogurt (primera muerte) me saca de cuajo la primera palabra como si fuera una bola de helado.
La luz roja del despertador parpadea a oscuras (primer miedo), solo por eso no entro en esa habitación.
Génesis. Dos dioses me dan de comer con buen amor. Hago todo por primera vez, incluso doy mi primer paso.
Soy una esponja blanca llamada Lázaro. El mundo es amable conmigo, aunque me atragante al hablar.
Pablo Melgar