#4 No hay una sola manera de escribir, pero sí un solo camino que es la lectura.



“Espero que el lector no se escandalice si le digo que el hombre no creó el pensamiento simbólico, sino que el pensamiento simbólico creó al hombre”.

El deseo interminable (2023) – José Antonio Marina


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¡Hola, lector! Parece ser que nuestro cerebro es el responsable, ¿sabes? Conforme aumenta de tamaño, las conexiones dentro del hardware de nuestra cabeza son más y más potentes. Esa tremenda actualización permanente, en busca de. En esa cabina de almacenaje guardamos nuestra carta de rutinas –el software– (algunas heredadas genéticamente). La máquina interpreta la experiencia consciente y donde solo hay ondas electromagnéticas, yo ahora veo colores. Cada mirada en sí misma es una obra original que podría (o no) convertirse en literatura. Mirar al sol, cada vez diferente.


“No sabe de dónde ha salido esta luz: de fuera o de dentro. Cuando ha cesado de verla, dice: «Era interior y sin embargo no lo era.» Y es que no hay que preguntar de dónde viene; no tiene lugar de origen; no viene para partir después, sino que a veces se muestra y a veces no se muestra. Por ello no debemos perseguirla, sino esperar tranquilamente a que aparezca, como el ojo espera la salida del sol”.

Plotino: el éxtasis


‘You Know You Know’ – Mahavishnu Orchestra & John McLaughin

Leo a José Antonio Marina con atención, porque sacia mi curiosidad: puedo observar los trazos de aquellas cosas que aún no entiendo. Y ése es el verdadero motor de la escritura, darle sentido al símbolo de tu mirada (sea un texto o el sol). Me lleva a usarle, en este escrito, de la misma forma en que él usa una frase de Giambattista Vico que me ha dejado pensativo: “el hombre hizo todas las cosas sin entenderlas”. El autor comenta que “los acontecimientos neuronales siempre suceden antes de que pensemos.” Me lleva a pensar que yo empecé este taller literario, para aprender a hacer un taller literario.


“Un cerebro mudo inventó el lenguaje, y tuvo que hacerlo hablando, no pensando cómo podría inventar un lenguaje”.

El deseo interminable (2023) – José Antonio Marina


¿Se puede aprender a escribir?, es la primera pregunta que me hago. ¿Sé yo acaso cómo se escribe? Ni de coña. ¿Merece, en último término, preguntarse si merece incluso la pena escribir? Simplemente escribes. Escribes, porque ahí sucede algo, con muy poco. Dices, te permites el espacio para decir; que no es poco, en realidad. Inventas tus propios símbolos, para guiarte en ese bosque inabarcable por tus pequeños brazos. Lector, estás aquí porque me conoces personalmente o porque te gusta escribir, una de dos. Quizás me conozcas personalmente y te gusta escribir, ¡lo que ya sería la hostia! ¿Y cómo se aprende a escribir?, te pregunto yo a ti.


La verdadera estrella de un taller literario no es la escritura sino la lectura. Volver explícito el papel del lector, su función como generador de texto, es tal vez el elemento más relevante y productivo de un taller.”

‘Los muertos indóciles’ (2021) – Cristina Rivera Garza


Plaza Trinidad (Granada), 2023 © Pablo Melgar

No hay una sola manera de escribir, pero sí un solo camino que es la lectura. ¿Qué han hecho, antes de mí, aquellos que estuvieron en mis circunstancias? Un joven cabreado lee a Rimbaud, porque el muerto estuvo en la misma encrucijada, antes que él. Una joven depresiva lee a Alejandra Pizarnik, porque la muerta estuvo en la misma encrucijada, antes que ella. Y saciaron el conflicto de su falta, de una manera muy bella. Hablar con los muertos nos da pistas de qué hacer, en cuanto al lenguaje. Hubo alguien en nuestra misma situación, pensando las mismas preguntas que pensamos nosotros ahora, y les dio trazos. De esos trazos nos alimentamos, para ubicarnos en el mapa y sobrevivir. La interpretación de esos símbolos dirá quiénes somos. A la creación de nuevos, la llamaremos arte. Bolaño dice que Baudelaire es el abuelo sensato que nos guía el camino, a todos aquellos que queremos escribir poesía. ¿Qué es la poesía?, le pregunto al muerto.



debajo de la cama,

Anna Karenina se desperezaba

desde su suicidio

con la luz Eva.

allí estaban a salvo los muertos.


He escrito un poema en que el niño habla con el muerto. El niño tiene actitud despreocupada, se siente a gusto con el muerto. El muerto tiene figura de abuelo, de persona mayor que ya ha recorrido todos los caminos antes. El niño le pregunta mucho al muerto y el muerto le responde con mucha paciencia. La relación entre niños y abuelos siempre me ha parecido muy verdadera. Esos dos colectivos desfavorecidos que deciden unirse, para criticar a los adultos (tan preocupados en el mundo real que se despreocupan de sus niños y sus padres, que a su vez conspiran juntos a escondidas). El niño le pregunta al abuelo, aquello que no se atreve a preguntar a nadie más. El muerto es su tutor, pero a la vez su amigo. Y le permite todo. Hablar con los muertos, sin miedo a equivocarse. Sin vergüenza posible, ante el libro. Todo es curiosidad para el niño.


el poeta muerto ve a lo lejos

y me ve sentado esperándole

con un desayuno

entre las manos.

el niño hablando con el tiempo

no se siente solo

y saliva miel

en sus ojos de gato.


EJERCICIO DE ESCRITURA: ¿Qué le preguntaría ese niño que tiene todo por aprender, al muerto que lo sabe todo ya? ¿Qué le preguntaría alguien que está perdido, a aquel que se perdió mucho antes? Piensa en la escena del niño, con su abuelo. ¿Qué le gustaría aprender a ese niño perdido, pero capaz de todo? ¿No es parecido a lo que hacemos con los libros, cuando acudimos a ellos?

Describe la escena, piensa en un diálogo, elige a un muerto, déjate sorprender por las respuestas que le darás a estas preguntas, mantén la imagen retenida en la córnea y déjate llevar. Escribe, sin contemplaciones. Lo que salga de ahí, será el primer estrujado de la viña: la materia prima con la que después haremos un poema. ¡Estamos hablando de empezar a escribir!



¿Qué te gustaría aprender a ti, respecto a la escritura?, me pregunto yo ahora. Dame ideas para futuras entradas. ¿Qué aspecto de la escritura se te resiste? ¡A mí, todos!


Plaza de Barceló (Madrid), 2019 © Pablo Melgar

“escribir

todas las muertes son mi muerte

mi grito es el de todos

y no hay consentimiento

escribir”

Matar a Platón (2004) – Chantal Maillard


¿Qué hacer con la literatura leída? El intento imposible de responder a esa pregunta, quizás se acerque también de manera inconclusa a la pregunta de qué es la poesía. Pero, a mi modo de ver, se acerca bastante. Borges decía de ella que, aún sabiendo lo que es, no podemos definirla. La literatura es un diálogo constante entre esos intentos fallidos a lo largo de la historia y de esos errores hacemos los nuestros. La poesía es un código que va mutando en esa conversación, a través del tiempo. Nunca suficientes nuestros intentos, siempre incompletos respecto a sus intenciones idealistas, pero siempre son una respuesta diferente a las mismas preguntas de siempre. Leemos libros y, al escribir nuevos, estamos contestándoles en un chat infinito. Llevándoles la contraria, de alguna manera. Rebelarse así, contra los libros. Mirar el sol, cada vez diferente. Preguntarle a tu abuelo cómo hacerte mayor, a tu manera. Hablar con los muertos y preguntarte cómo escribir. Y aprender escribiendo. ¿Cómo? No lo sé, poniendo el cerebro a funcionar. Actualizando el sistema, de nuevo. Ampliando la red neuronal. Escribiendo tu parte, en el poema interminable de tu propia biblioteca.


IN MEMORIAN

CON PINTURAS EN EL CIELO

“Soñé con Miguel Ángel,

le calculé 70.

Estaba en una cumbre de

los Andes, pero no me

reconoció que era él.

Le pregunté si también

iba a pintar a Pinochet.

Se puso furioso y empezó

a gritarme…

Arriba el cielo espumeaba

como el mar.

Se vieron entonces los enormes frescos del cielo allá

arriba como si el sueño los pintara

Poniéndolas sobre los acantilados que se amontonan

en el horizonte y era como si nuestras propias caras

amanecieran flotando sobre las montañas

Cuando desmembrados de pena vimos nuestras caras

vaciarse en el cielo como se vacío el Pacífico sobre

las enloquecedoras heridas de las cordilleras Por

ustedes asesinos chilenos malditos tuve que

lavar

la sangre de las cordilleras nos grita MA pintándonos

de nuevo las vaciadas caras en el cielo de los Andes

como martilladas islas hundiéndose en el horizonte”.

Cielos por todas partes (2023) – Raúl Zurita


‘Embryo’ – From ‘Picnic’- Pink Floyd

Si alguno de los ejercicios propuestos te llevan a escribir, te animo a que compartas conmigo tus textos en los comentarios (aquí abajo) o en mi e-mail personal: melgar.pablo@gmail.com. Así podremos compartir impresiones, de igual a igual, y aprender el uno del otro.

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