#8 Paleta de colores
‘View of Arles with Irises in the Foreground’ (1888) – Vincent van Gogh
“Frutales
cargados.
Dorados
trigales…
Cristales
ahumados.
Quemados
jarales…
Umbría
sequía,
solano…
Paleta
completa:
verano”.
‘Verano’ (1936) – Manuel Machado
¡Bienvenido, lector!
En verano, los campos alcanzan su punto de madurez. Ese cultivo de tallos anudados, despliega todas sus espigas alargadas y peludas, repletas de preciados granos de trigo. A la hora de la siesta, los frutos cargados de zumo y la brisa próxima (o lejana) del mar, dan un respiro a ese ambiente tan cargado de sudor. Durante esta estación, la paleta del pintor está asociada a tonos dorados y a los azules más claros. ¿Qué significa para ti el verano?
En capítulos anteriores
‘Écfrasis urbana: primera parte’: écfrasis o representación verbal de una representación visual (James Heffernan).
‘Nunca más’: “La imagen plantea un acertijo al lector, le estimula a implicarse en el poema”.
El verano íntegro de Manuel Machado
Apenas arrancamos el mes de julio y empezamos esta entrada con el poema ‘Verano’, de Manuel Machado. Dice Javier Almuzara que el autor “presume de haber dibujado el verano entero, con unas pinceladas mínimas”. Estos 7 sustantivos conforman toda una estación.
Frutales
Trigales
Cristales
Jarales
Umbría
Sequía
Solano
En su magnífica conferencia ‘Pintura y poesía’, nos cuenta cómo funciona el cromatismo del texto. El poeta asturiano cree que no falta nada del verano en este soneto de trisílabos: “toda su intensidad, su belleza, su calor, su sofoco, su paz, su bochorno…” Retomamos aquí la écfrasis, puesto que el poeta nos presenta una pintura a través de palabras (con tremenda lucidez y precisión). Caen todos esos elementos en nuestra imaginación y apela a la sensibilidad personal del lector que rellena los espacios de indeterminación con su propia percepción de las cosas. Esta serie de trazos parece abrir una serie de territorios comunes que todo ser humano ha podido experimentar alguna vez bajo el influjo del solsticio.
“La pintura es una metáfora plástica de la poesía que aspira a la belleza, a la claridad, a representar una imagen en nuestra sensibilidad y a hacer visible su discurso en una adecuada selección verbal que dé cuerpo sensible a ideas o emociones memorables. En las artes plásticas, la forma es el fondo. El arte del verso juega a hacer consustanciales ambos”.
‘Pintura y poesía’ (2023) – Javier Almuzara
‘En un lugar del verano’ (2020) – Pablo Melgar © La Mancha.
Hace unos años, crucé La Mancha en pleno verano camino de los Pirineos. Viajábamos en furgoneta con un sol de justicia, en busca de la nieve. A 40 grados, mi amigo conducía incansablemente los más de 800 kilómetros que separan Murcia de Aragón y yo, como copiloto, me encargaba de dar conversación y de elegir la música que nos daba impulso. Cuando cruzamos la frontera de Albacete y llegamos a los territorios de Alonso Quijano, me imaginé a ese hidalgo idealista cruzando a duras penas los trigales, en busca también de algo. Saqué mi cámara para retratar mi percepción de las cosas.
La música
‘Behind the sun’ (2020) – Skinshape
Ejercicio de calentamiento
En la entrada anterior vimos cómo “un símbolo es una cosa (signo) que representa a otra (lo simbolizado)”.Escribe ahora, como Manuel Machado, una lista de 7 sustantivos que representen esta tonalidad de dorado. Parece como si el Sol penetrase en la tierra y en el cielo, a partir de junio.
“y cuál hay que sin dar vado ni tregua a sus suspiros, en mitad del ardor de la más enfadosa siesta del verano, tendido sobre la ardiente arena, envía sus quejas al piadoso cielo.”
‘Don Quijote de la Mancha’ (1605) – Miguel de Cervantes Saavedra
‘Un desierto en el cielo’ (2020) – Pablo Melgar © Parque Regional de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar
El Sol
El verano es una estación que nos invita a disfrutar de la naturaleza, el ocio y el tiempo libre (sea lo que sea eso). Nuestra piel torna en dorada y nuestro deseo es más joven que en ningún otro momento del año. ¿Pero sabes qué es lo que hace realmente que el verano sea así? Detrás de esta pregunta hay toda una serie de fundamentos físicos que explican cómo se produce esta época del año y cómo influye en nuestro entorno y en nosotros mismos. Solsticio significa quietud solar y es un fenómeno astronómico que ocurre dos veces al año: generalmente alrededor del 21 de junio y del 21 de diciembre.
El verano es una estación del año caracterizada por temperaturas más cálidas y días más largos. Como hemos adelantado, estas condiciones son resultado de varios fundamentos físicos. En primer lugar, el eje de rotación de la Tierra está inclinado en relación a su plano de órbita alrededor del Sol. Durante el verano, el hemisferio en el que nos encontramos está inclinado hacia el Sol, lo que provoca que los rayos solares incidan de manera más directa en esta región. Esto resulta en una mayor concentración de energía solar por unidad de área, lo que contribuye al aumento de las temperaturas. Además, los días son más largos debido a la inclinación del eje terrestre, lo que significa que la Tierra recibe más luz solar en un período de tiempo, lo que también contribuye al calentamiento del aire y la superficie.
Días más largos: el verano puede alterar nuestro ritmo circadiano, el ciclo biológico que regula el sueño y la vigilia. La mayor duración de los días puede hacer que nos acostemos más tarde y nos levantemos más temprano, lo que puede provocar una falta de sueño y sus consecuencias negativas para la salud
Temperaturas más cálidas: aumenta considerablemente el riesgo de sufrir un golpe de calor, una situación potencialmente grave que se produce cuando la temperatura corporal supera los 40 grados y el organismo no es capaz de enfriarse. Los síntomas pueden incluir fatiga, confusión, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, taquicardia y somnolencia.
‘Hakuna Matata’ (2020) – Pablo Melgar © Almería
“Al finalizar mayo comenzaba a descender de los cerros de greda un calor denso y enervante, como una lenta invasión de lava, que en pocas semanas absorbía las últimas humedades del invierno. El lecho de la cuenca, entonces, empezaba a cuartearse por falta de agua y el río se encogía sobre sí mismo y su caudal pasaba en pocos días de una opacidad lora y espesa a una verdosidad de botella casi transparente. El trigo, fustigado por el sol, espigaba y maduraba apenas granado y a primeros de junio la cuenca únicamente conservaba dos notas verdes: la enmarañada fronda de las riberas del río y el emparrado que sombreaba la mayor de las tres edificaciones que se levantaban próximas a la corriente. El resto de la cuenca asumía una agónica amarillez de desierto.”
‘Siestas con viento Sur: La mortaja’ (1957) – Miguel Delibes
El cine
‘The Great Gatsby’ (2013) – Baz Luhrmann
El calor
Decía Borges que, en verano, “el día es una estría cruel en una celosía”; puesto que el calor entra implacable por todas las pequeñas rendijas que nos protegen de los rayos ultravioleta. Es posible que estemos mucho más irascibles a causa de la fatiga producida por el Sol. En ‘El Gran Gatsby’, Francis Scott Fitzgerald sitúa la trama durante el verano, de manera consciente y como recurso narrativo: “igual que crecen las cosas a cámara rápida en las películas, volví a tener aquella convicción familiar de que la vida comenzaba de nuevo con el verano”. Un bochorno constante parece acompañar no solo al marco de sus descripciones sino también al estado emocional de los personajes, que se sienten sofocados, frustrados y enojados por sus situaciones personales. El autor norteamericano hace alusiones constantes al calor como leitmotiv (“motivo central o asunto que se repite, especialmente de una obra literaria o cinematográfica”): la palabra ‘calor’ se repite hasta 36 veces a lo largo del texto (“Con aquel calor cada gesto superfluo era una ofensa contra las normales reservas de vida”). El calor en esta novela simboliza la tensión, el conflicto y la pasión que se desatan entre los personajes. Se utiliza como un presagio de los eventos dramáticos que ocurren en la historia: parece que todos los misterios que envuelven la trama vayan a estallar de un momento a otro. El adulterio en forma de migraña.
“El día siguiente fue abrasador, casi el último del verano y sin duda el más caluroso. Cuando mi tren emergió del túnel, a la luz del sol, sólo la cálida sirena de la National Biscuit Company rompía el silencio hirviente del mediodía. Los asientos del tren se acercaban al punto de ignición; la mujer de al lado manchaba delicadamente de sudor su blusa blanca y luego, cuando el periódico se humedeció al tacto de sus dedos, se abandonó al calor insoportable con desesperación y un quejido desolado. El bolso se le cayó al suelo.
—¡Dios mío! —suspiró.
[…]
—¡Qué calor! —decía el revisor ante las caras que le resultaban conocidas—. ¡Qué tiempo! Qué calor, qué calor. ¿Les parece poco? ¿No tienen calor?”
‘El gran Gatsby’ (1925) – Francis Scott Fitzgerald
La música
‘Texas Sun’ – Khruangbin & Leon Bridges
Ejercicio de inmersión
Dijo Idea Vilariño que, a orillas del verano, “cada uno es un fruto madurando su muerte”. Para la poeta uruguaya todo era complicado durante el estío, incluso vivir, incluso sufrir (“Pesa mucho / me pesa como si el mar pesara”).
Escribe ahora un poema, con los 7 sustantivos de antes, que trate sobre el calor.
“la corbícula está seca.
el panal derretido.
la abeja nostálgica.
el verano tórrido.
es julio.
es calor y aire deshidratado.
las flores fritas
ya solo son el sofoco.
es Graná,
es sudor e infierno asfaltado.
la abeja encuentra tu rastro
camino del mirador.
la abeja sube las escaleras
de tu habitación.
¡y está lleno de polen!
la miel es helado
en tu sombra.
la vida es mayo
a tu lado”.
‘A la abeja en verano se le derrite la miel’ – Pablo Melgar
El cine
La sombra
El inicio del poema ‘37º a la sombra’ de Karmelo C. Iribarren, cumple con aquella ley básica del stand up comedy por buscar desesperadamente la empatía del público: “Ahora mismo / me gustaría estar / en alguna gélida ciudad del norte”. ¿Quién no se ha sentido exactamente así, cuando una ola de calor se hace con el control total del aire que nos sujeta al mundo? Hay algo de irreal y de apocalíptico, cuando los ciudadanos del verano buscan desesperadamente un refugio. Corremos como dominados por una urgencia externa, preocupados por mantener el agua de nuestro cuerpo (que es nuestro mayor tesoro). ¡Qué pequeños somos en esos instantes! Cantamos así ,hasta desgañitarnos, aquello de “¡debajo del olivo que el sol calienta!”. Los desarrolladores de la app ‘Shadowmap’ fueron conscientes de la importancia de la radiación solar sobre nuestra vida y para ello desarrollaron esta herramienta que te permite planificar la ruta con más sombra, según la hora del día. La sensación térmica entre el Sol y la sombra puede oscilar hasta en 15º. Un enorme deseo se apodera de nosotros, en busca de un lugar mejor. “Mi tierra es un desastre caliente”, dice Yrsa Daley-Ward, “te extraño en minúsculos terremotos / en pequeñas explosiones subterráneas” (la traducción es mía).
‘El poder de la sombra’ – Pablo Melgar © Santiago de la Ribera (Murcia)
“Al cabo de media hora de marcha el calor se hace insoportable. La llanura se cuece entre espirales de calina. Las cigarras zumban amodorradas. El propio caminante –que, desde que vive en el norte, se ahíla y desmedra como las plantas privadas de luz y es un apasionado del sol– siente el agobio del trayecto y empieza a buscar un trocito de sombra donde tumbarse”.
‘Campos de Níjar’ (1963) – Juan Goytisolo
‘Almodóvar’ (2022) – Pablo Melgar © Santiago de la Ribera (Murcia)
El mar íntegro de Manuel Machado
Como vimos al principio de esta entrada, en ‘Verano’ se lleva a cabo una representación de la estación más calurosa, a partir de pinceladas doradas de sequía y cristales ahumados. Sin embargo, Manuel Machado parece encontrar en este soneto titulado ‘Ocaso’, la solución perfecta a la fatiga y los pensamientos oscuros: el mar. No se hace mención alguna a las tonalidades azules. Sin embargo, el dorado aún presente contrasta con la capacidad de alivio de un Sol que parece apagarse en la tarde y las olas.
“Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde… El día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.
Pero su seno el mar alzó potente,
y el sol, al fin, como en soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.
Para mi pobre cuerpo dolorido,
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido,
para mi amarga vida fatigada…
¡el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar y no pensar en nada!…”
Ejercicio de calentamiento
Dice Louis Glück en ‘El iris salvaje’ (1992): “al final de mi sufrimiento/ había una puerta. […] desde el centro de mi vida brotó / un manantial, sombras azules / y profundas en celeste aguamarina” (la traducción es mía). El azul del agua es símbolo de un enorme alivio para esa dorada frente llena de Sol que Manuel Machado hunde en las olas.
Escribe ahora, otra lista de 7 sustantivos que representen esta tonalidad de azul, a modo de contraste. Parece como si el cielo y el mar se confundiesen en el horizonte: “Abajo el mar, / arriba las inusitadas nubes de un día claro” (Raúl Zurita).
“Sorprendentes carnadas llueven desde el cielo.
Sorprendentes carnadas sobre el mar. Abajo el mar,
arriba las inusitadas nubes de un día claro. Llueven
sorprendentes carnadas. Hubo un amor que llueve,
hubo un día claro que llueve ahora sobre el mar.
Son sombras, carnadas para peces. Llueve un día
claro, un amor que no alcanzó a decirse. El amor,
ah sí el amor, llueven desde el cielo asombrosas
carnadas sobre la sombra de los peces en el mar”.
‘El mar’ (2003) – Raúl Zurita
‘La sábana azul’ (2019) – Pablo Melgar © Los Alcázares (Murcia)
Las vacaciones
Hemos visto cómo el mar logra calmar la fatiga e incluso la tristeza. En cuanto a los personajes que lo habitan, podríamos estar de acuerdo fácilmente en que los turistas son el estereotipo más habitual de las postales veraniegas. Aquellas personas que viajan por placer y huyen, por lo general, del estatismo insoportable del solsticio en las grandes ciudades y del clima lluvioso de sus países de origen. Los pueblos costeros cambian de rostros durante las vacaciones y los paseos marítimos españoles se llenan de estos llamados ‘guiris’ que disfrutan del calor de una manera casi grotesca.
¿Y qué lugares eligen los extranjeros como destino de sus vacaciones? Según el informe “World Travel Trends Report 2023” elaborado por la consultora IPK International, dentro de los destinos más populares, se destacan las regiones costeras del Mediterráneo, el Caribe, el Sudeste Asiático y Oceanía. En cuanto a España, según la OMT, España se situó en el tercer puesto del ranking mundial de países con más llegadas de turistas internacionales en 2021, con 31 millones de visitantes, solo superado por Francia, con 34 millones, y México, con 33 millones. El Instituto Nacional de Estadística (INE) dice que España recibió 71 millones de turistas internacionales en 2022. Estos turistas gastaron más de 87 mil millones de euros .El principal país emisor de turistas hacia España fue Reino Unido, con casi 14 millones de visitantes, seguido de Francia, con más de 10 millones, y Alemania, con más de 9 millones. Y respecto a los propios españoles, el estudio “Hábitos y Tendencias del Turismo Español 2023” realizado por Braintrust, cree que el 67% de los españoles tiene intención de viajar este verano, siendo el destino nacional el preferido por el 83% de ellos. Dentro de España, las comunidades autónomas más demandadas son Andalucía, Cataluña, Baleares y Canarias, todas ellas con una amplia oferta de turismo de sol y playa.
‘Guiris salvajes’ (2018) – Pablo Melgar © Santiago de la Ribera (Murcia)
“El lugar le había gustado de inmediato. Era un pequeño centro naturista, tranquilo, apartado de los enormes complejos turísticos que se extienden desde Andalucía hasta Levante, y cuya población se componía sobre todo de jubilados del norte de Europa: alemanes, holandeses, en menor medida escandinavos y, por supuesto, los inevitables ingleses, aunque curiosamente no había belgas, a pesar de que todo en aquel centro (la arquitectura de los pabellones, la distribución de los centros comerciales, el mobiliario de los bares) parecía reclamar su presencia, en fin, era realmente un rincón para belgas. La mayoría de los residentes había desempeñado su carrera en la docencia, el funcionariado en el sentido amplio, las profesiones intermedias. Terminaban ahora su vida de una forma apacible, no eran los últimos a la hora del aperitivo y paseaban con simplicidad, del bar a la playa y de la playa al bar, sus nalgas caídas, sus pechos superfluos y sus pollas inactivas. No se metían en líos, no causaban ningún conflicto de vecindad, extendían con civismo una toalla en las sillas de plástico del No problemo antes de enfrascarse, con una atención exagerada, en el examen de una carta por lo demás corta…”
‘Serotonina’ (2019) – Michel Houellebecq
‘Mediterráneo’ (1971) – Joan Manuel Serrat
El mar
“El mar, se dice del mar” (Raúl Zurita). Le reprochaba Alberti a su padre el haberle llevado lejos del mar (la mar): “En sueños la marejada / me tira del corazón; / se lo quisiera llevar”. En contraste con la ciudad (más cercana al estado de ánimo del spleen), el horizonte inabarcable del océano supone un símbolo de libertad y alivio: para aquellos que han disfrutado de su infancia en la costa, el verdadero hogar; y para los turistas, aquel lugar de disfrute. De cualquier manera, el verano en el mar es un lugar en el que se busca la felicidad, en el que se interrumpen los horarios estrictos y las obligaciones del resto del año. Allí sucede lo inesperado: aquello que no estaba previsto nos llena de entusiasmo y en ese espacio se encuentran quizás nuestros mejores recuerdos. Para Neruda, caminar por la ciudad le cansaba incluso de ser hombre (“Sucede que me canso de mis pies y mis uñas / y mi pelo y mi sombra). Sin embargo, en su recuerdo del mar, “cada pisada era un reguero de fósforo”.
Ejercicio de inmersión
Octavio Paz aconsejaba “reír como el mar ríe” como uno de sus mejores consejos para ‘la vida sencilla’. Parece el lugar perfecto para la contemplación. “Para mi amarga vida fatigada…/ ¡el mar amado, el mar apetecido, / el mar, el mar y no pensar en nada!”, dice Manuel Machado. Está allí mucho antes que nosotros llegáramos y seguirá mucho después de que nos vayamos. Contiene los restos de nuestros ancestros y, aunque parece inmutable, no miramos las mismas aguas dos veces: “Quien lo mira lo ve por vez primera, / siempre”, añade Borges.
Escribe ahora un poema, con los 7 sustantivos de antes, que trate sobre el mar.
“Mi cama de madre mullida,
en la radio resuena
la espuma recién escanciada,
el flâneur descansa en mi tripa,
«Estampas de París»
de canción de cuna.
Viajo en sueños
con la guardia baja
de quien dormita en jauría:
a mis pies, ronca mi hermano,
más allá, mis padres se abrazan
en dialecto italiano;
familia itinerante
como la orilla,
frontera intermitente
con el Nuevo Mundo.
¡Ay, marea de Cádiz,
cuando tú pestañeas
camino sobre tus aguas
a errar vagabundo!
Contigo se abre
todo un infinito
de puertas moradas.
Mis huellas de pájaro
para siempre grabadas
en los libros de agua
coral de pelo largo,
cementerio
de criaturas primitivas
que pisaron tu luna.
¡Ay marea de Cádiz,
cuando abres los ojos
me tumbo en la arena
a dormir desnudo!
Contigo se borran
todos los caminos
de vuelta a casa”.
‘Sacramento’ (El fuego que me quema, 2019) – Pablo Melgar ©
‘Sacred Sands’ – Allah-Las
‘Las primeras veces’ – Pablo Melgar © Lo Pagán (Murcia)
Amor de verano
Dice Massimo Recalcati (en su nuevo libro ‘Retén el beso’) que la pulsión del deseo sexual es como una lluvia de verano: “El objetivo que orienta la pulsión sexual no es la reproducción de la especie (instinto), sino el goce perverso-polimórfico del propio cuerpo (lujuria).” El alivio de la migraña inicial con la que empezábamos el texto, la ocupación de una falta. A pesar de las altas temperaturas, el verano y las vacaciones son el momento propicio para rellenar esos huecos. André Gorz le escribía estas líneas a su esposa de 82 años, justo antes de morir: “De nuevo siento en mi pecho un vacío devorador que solo colma el calor de tu cuerpo abrazado al mío.” Un calor por otro, que enciende y no hastía.
j
Si el deseo real es como un fuego que prende, el fuego escrito enfría inevitablemente las vivencias, las fosiliza en una exageración. La mayoría de poetas han escrito el verano, a partir de septiembre. En un intento desesperado por devolver a sus cuerpos hacia esas imágenes cargadas de una enorme intensidad. ¿Por qué será que en la nostalgia todo parece ocurrir entre junio y agosto? Fernando Valverde mira el mar, desde la distancia: “Se cierra el mar / no hay barcos ni fortunas, / ha caído el otoño en la maleza / y las hojas parecen nadar hacia el pasado. / Solo queda el regreso”
Hemos comentado cómo las costas se llenan de personajes nuevos (de todos los lugares) y la mezcla de esos rostros novedosos es propicia para el encuentro. Los turistas, en efecto, son los personajes más característicos de las postales veraniegas. Todo el mundo aprovecha para hacer todo aquello que no puede hacer durante el resto del año. Houllebecq describía a estos jubilados extranjeros que vienen a las costas españolas para disfrutar de su jubilación, de una manera tranquila (a pesar de que André Gorz sea la prueba material de que la sexualidad no muere en la vejez). Pienso en las comadres reunidas en las noches más calurosas, sacan sus sillas de playa a la acera para murmurar. Sin embargo, los nietos de estos jubilados son los otros ociosos de las vacaciones. Aquellos que poseen todo el tiempo del mundo para veranear de verdad y no han experimentado aún ese calor irrefrenable que no conoce de leyes. El verano es de los niños y los viejos.
¿Quién no ha tenido un grupo de amigos de verano, cuando era adolescente? Quien no haya experimentado esa sensación es posible que no conozca la infancia más plena, ni el primer amor verdadero. Lo efímero de las vacaciones, la certeza del mes de septiembre que arrasará con todo, le otorga a ese periodo de tiempo una enorme intensidad. En esta línea dice Elena Medel (te recomiendo su newsletter): “Tus besos son la excusa del verano”. Los adolescentes vuelven a ser niños, al chapotear en las orillas durante la mañana, pero ya juegan a ser adultos en el atardecer de las primeras veces. Aprovechan las grietas de libertad nocturna que les ofrecen las vacaciones: el ocaso en los paseos marítimos plagados de mocosos metiéndose mano. El poeta Luis García Montero lo tiene claro, al respecto: “Aquel temblor del muslo / y el diminuto encaje / rozado por la yema de los dedos, / son el mejor recuerdo de unos días / conocidos sin prisa, sin hacerse notar, / igual que amigos tímidos”.
‘Amor de verano’ (2023) – Pablo Melgar © Santiago de la Ribera (Murcia)
“Estábamos desnudos junto al mar,
y el mar aún más desnudo. Con los ojos,
y en unos cuerpos ágiles, hacíamos
la más dichosa posesión del mundo”.
‘Los veranos’ (1986) – Francisco Brines
¡Feliz verano!
Hemos llegado al final de esta entrada pero no te preocupes, ¡porque aún queda todo el verano por delante! Si has llegado hasta aquí, ya sabes cuál es nuestra paleta de colores: los colores dorados y azules aguamarina. Es importante saber cómo actúa el Sol sobre la Tierra y nuestros cuerpos, para ser conscientes de por qué estamos como apunto de explotar (de hastío o de deseo). Y buscamos así una sombra donde escribir nuestros versos y dar los primeros besos. Os deseo unas vacaciones llenas de amor, por eso también deseo que vayas a votar el 23J (por nuestros derechos). Ojalá que los ociosos logren experimentar la pasión de las primeras veces y aquellos que trabajan encuentren en el mar un alivio a la altura de su fatiga. De cualquier manera, tienes herramientas suficientes para llevar a cabo tus ejercicios de escritura creativa. ¡Aprovecha el tiempo libre para escribir! Querido lector, te deseo un feliz mes de julio. No olvides compartir esta entrada con tus amigos y darle a like (¡que no cuesta nada, anda!). Muchas gracias.
La música
‘Summertime’ (1957) – Ella Fitzgerald & Louis Armstrong
Ejercicios de escritura creativa
Nivel básico: ahora que tienes dos listas de sustantivos (una sobre el color dorado y otra sobre el azul aguamarina) y has escrito dos poemas con ellos, intenta combinarlos en un solo poema que juegue con el contraste entre el calor sofocante y el alivio del mar. Responde, de nuevo, a la siguiente pregunta: ¿qué significa para ti el verano?
Nivel intermedio: con todos estos elementos, escribe un poema sobre el amor de verano. Básate en tus recuerdos, de igual forma en que tantos poetas lo han hecho antes y elige una perspectiva original sobre tu propia percepción o experiencia de las primeras veces. Implementa a esta narración, la paleta de colores que hemos trabajado.
Nivel avanzado: la revista Zenda ha convocado un concurso de relatos sobre el verano. “El verano de mi vida. El verano que nunca olvidarás. Cuéntanos una historia ambientada en este verano, o en cualquier otro, y participa en el concurso #historiasdeverano, dotado con 2.000 euros y patrocinado por Iberdrola. Manda tus relatos en esta página desde hoy, 3 de julio, hasta el domingo 23 de julio”. En el siguiente enlace puedes encontrar las bases completas. Espero que esta entrada te ayude a escribir tu propia historia, de hasta 1.000 palabras. ¡Muchísima suerte!
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