En tiempos jodidos se suelen hacer reflexiones sobre la fetidez de la sociedad. Realmente sería preocupante sino se hiciera repaso de toda la suciedad de la que está llena nuestra moralidad. Y, aunque la vida siga igual de podrida y no aprendamos de los “errores”, por lo menos podemos hacer examen de conciencia con alguna que otra película basada en hechos reales que nos invite a escupir sobre el organigrama social que hemos construido. Con Dallas Buyers Club vuelvo a sentir repugnancia por la raza humana, no lo puedo evitar.
Cuenta la historia de un vaquero que vive feliz en los excesos de su vida de drogas, mujeres y alcohol hasta que le diagnostican SIDA. Su aparente paraíso de rodeo se derrumba y con él todo su entorno, que como buenos tejanos homófobos le acusan de ser un “maricón” por tener el VIH. Con solo 30 días de vida por delante, Ron Woodroof comienza un plan de supervivencia.
Soborna, trafica y planea para seguir vivo. Pero no le basta con encontrar la medicación necesaria para paliar los síntomas de su enfermedad sino que tendrá que luchar contra la propia FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos). Este organismo gubernamental, en su apoyo a las farmacéuticas, defenestra el tratamiento efectivo de Ron contra el SIDA y obliga a una sociedad de enfermos, indefensa, a ingerir AZT, un medicamento con una larga lista de efectos secundarios que empuja a la muerte a la mayoría de los pacientes.
Ron, en su lucha, deja a un lado la homofobia innata de su pensamiento de cowboy y ayudará a travestis, homosexuales y a toda clase de enfermos. Entre ellos Raymon, un travesti enfermo de SIDA que se convertirá en socio de Ron en su causa.
“Tengo sólo una vida, ¿no? Sólo mía. Pero a veces quiero la de otro. A veces, siento que peleo por una vida que no tengo tiempo de vivir. Quiero que todo tenga significado”.
No es una obra maestra pero lo que me fascina de esta película de grandes actuaciones es la multitud de cosas que parecen ser lo que no son. Ya he mencionado a la FDA y cómo el propio Estado beneficia a las grandes empresas para que éstas vean satisfechas sus ambiciones económicas en vez de apoyar a las causas de los ciudadanos, a los que parece representar. Y hace oídos sordos a una desgracia como era la del VIH en los años ochenta.
Pero también, me fascina cómo Jared Leto se mete en la piel de una joven nacida en el cuerpo de un hombre, con toda su feminidad y su carácter provocativo sin inseguridades. Guapo hasta vestido de mujer es el punto emocional de una película marcada por la excelente interpretación de Matthew McConauhey, otro que ha resultado ser una cosa muy diferente de la que nos tenía acostumbrados.
Este actor que no puede disimular que no es de Texas, debido a su marcado acento sureño del que no puede desprenderse, ha dado un volantazo a su carrera y tras una filmografía plagada de americanadas comerciales (como “Los fantasmas de mis ex novias” o “Novia por contrato”), en las que exhibía sus dotes de sex symbol, desde “El inocente” ha optado por la verdadera actuación. En “Mud” ya le vimos realizar una papel digno de un gran actor, pero en esta película se desprende de todo su físico, adelgazando hasta una escualidez extrema e interpreta. Sí, porque interpretar es representar la historia de un personaje y durante dos horas se transforma literalmente en Ron Woodroof, un enfermo de sida de 50 kilos, adicto al sexo y a las drogas.
Así que, definitivamente, dejo de creer en el sistema y en los que suponen representarme. Les retiro mi confianza y soy escéptico de todas las medidas que tomen, pues seguro estarán enmascaradas con unos fines muy diferentes de los que pregonan. Pero decido creer en la buena interpretación, aquella que nos cuenta historias sinceras sobre vidas complicadas. Actores que cambian su carne por la de aquellas personas a las que creo y sufro, en su lucha contra el gran monstruo que es esta vida llena de obstáculos.
Pablo Melgar
Sweet thang – Shuggie Otis
Título original: Dallas Buyers Club
Año: 2013
Duración: 117 min.
Director: Jean-Marc Vallée
Guión: Craig Borten, Melisa Wallack
Reparto: Matthew McConaughey, Jared Leto, Jennifer Garner, Steve Zahn, Dallas Roberts, Denis O’Hare, Griffin Dunne, Kevin Rankin, Lawrence Turner, Jonathan Vane
Género: Drama, Biográfico, Drogas, Enfermedad, SIDA, Años 80, Basado en hechos reales
Nota: 8 Notable
Nota filmaffinity: 7,3
Nota IMDb: 8
Comments
Avisiontonone
Pero no solo eso; los escenarios, los planos, el propio guión, todo es una maravilla que te engancha desde el principio. Pocas películas que he visto recientemente han evitado que me distrajera alguna que otra vez, pero está sí mantuvo mi atención hasta el final. Desde luego yo la recomendaría a todo el mundo y, aún más, a aquellos que rápidamente son desagradables con los demás (ya sea por una enfermedad, condición sexual, etc) por su ignorancia.
Pablo Melgar Salas
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