Aún hoy en día las personas sufren vidas adoctrinadas por educaciones trasnochadas que lo único que hicieron fue reprimir y manejar a generaciones de personas que desperdiciaron su vida en la rectitud y el orden. Nos pasamos la vida aprendiendo a hacer lo que “debemos hacer” pero al fin y al cabo nada es lo que “debe de ocurrir” y nuestra vida es un conjunto de números agrupados mediante los parámetros del azar; y nuestras predicciones se ven con mucha facilidad relegadas al cubo de basura.
“Boris Yellnikoff”, el protagonista de “Si la cosa funciona” está empeñado en que “cualquier cosa funciona” y tiene cancha para crear doctrina puesto que es un genio, incluso una vez le tuvieron en cuenta para darle el premio Nobel de Física gracias a su trabajo con la Teoría de Cuerdas (al igual que Sheldon Cooper en The Big Bang
Theory). Él es un viejo hosco cabreado con el mundo debido a una extrema racionalidad en sus pensamientos que nunca abandona. Vive solo en un apartamento de Nueva York, tras haberse separado de su primera mujer debido a que “eran demasiado iguales”. Ahora que es mayor se dedica a dar clases de ajedrez a niños que nunca llegan a la altura de sus expectativas y que sufrirán las duras críticas del genio (“Su hijo es imbécil, que dé clase de canicas no de ajedrez”).
Por causas del azar se cruzará en el camino del misántropo de Boris una jovencita sureña llamada Melodie que vendrá a la Gran Manzana a probar suerte con su futuro. Al principio Boris la rechaza, debido a sus barreras prejuiciosas que le impiden relacionarse con gente de “mente simple” o de gustos tan diferentes a los suyos. Pero no olvidemos la regla que rige su vida: “todo funciona”; así que enterrará tabúes y convencionalismos y se dejará llevar por sus sentimientos.
“Increible. El factor azar en la vida es algo
inconcebible. Tú entraste en mi mundo por un hecho casual, en algún lugar de
Mississippi. Habiendo surgido yo de la conjunción de Sammy Jetta Jeinnikov en
el Bronx, décadas antes. Y por una concatenación astronómica de circunstancias
nuestros pasos se cruzan. Dos fugitivos en el basto, oscuro… cruelmente
violento e indiferente universo”.
Una buena película llena de imaginación y con denominación de origen. Las historias amorosas efímeras y condenadas a escacharrarse, los diálogos inteligentes de reflexiones contra el mundo y la raza humana, la música siempre presente en sus películas y tan importante, descrita como “el destino llamando a tu puerta”; las situaciones tronchantes llenas de sarcasmo y un protagonista interpretado por un auténtico Larry David que, aunque el mismo Woody Allen diga que no se identifica con él, que sólo es una es una “extrema exageración de mis sentimientos”, es su alter ego.
Pablo Melgar
Salty Bubble – Tom Sharpsteen and His Orlando
Título original: Whatever works
Año: 2009
Duración: 92 min.
Director: Woody Allen
Reparto: Larry David, Evan Rachel Wood, Patricia Clarkson, Conleth Hill, Michael McKean, Henry Cavill, Ed Begley Jr., Christopher Evan Welch, Lyle Kanouse, Jessica Hecht, Carolyn McCormick, Steve Antonucci, Chris Nuñez, John Gallagher Jr.
Género: Comedia, Comedia dramática
Nota: 8 Notable
Nota filmaffinity: 7,0
Nota IMDb: 7,1
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