A ti, alma gemela, que ni siquiera existes…imagínate que nos crucemos gracias a una errata en el guión de nuestras vidas. Que aparezcas irrumpiendo el lúgubre letargo en el que ando sumido, de repente, como si te hubieran colocado allí deliberadamente, y me despiertes de este peregrinaje de fantasma que es este viaje desde ninguna parte.

Si me salen las palabras adecuadas, aunque no sean acertadas debido a mi nerviosismo, pero si dan con la clave para entrar en la ecuación de tu interés. Y gracias a que no tengas prejuicios sobre mi manera de abordarte. Menos mal que tú tampoco soportas la atmósfera de un viaje incómodo y que también eres una aventurera. Por eso tú te atreverás, al igual que yo, a enfrentarte a la línea recta de nuestra vida y porque que sientes atracción por mí, al igual que yo.

Es increíble cómo nos encontramos, pues somos iguales aun siendo tan diferentes. Que seamos dos de esas personas que al juntarse dan una marcha más al segundero de las conversaciones y que los silencios incómodos no se conviertan en un problema, pues no tienen lugar. La sinceridad con la que nos hablamos y la falta de estrategia en nuestra postura puesto que no tenemos nada que perder.

Lo efímero de nuestro amor es la clave para que sea tan perfecto, ya que no damos lugar a aborrecernos ni a caer en el pozo de la rutina. También somos transparentes puesto que no necesitamos aparentar nada, al día siguiente no seremos más que una vibración eterna en nuestro pecho. A la vez eso enaltece la belleza de nuestra flor de un día, es única.

No eres mi alma gemela y lo sabes porque piensas, al igual que yo, que los adjetivos en el amor son muy relativos; y eso te hace a la vez más igual a mí. “La gente pone proyecciones románticas en todo. No se basan en ningún tipo de realidad.” Que, aunque hayas saboreado el desamor y sepas lo amargo que es, te atrevas a vivir un sueño conmigo. Escápate conmigo, no hagas lo que se supone que debes hacer, toma un riesgo pues igual no cumplo tu expectativa. Las probabilidades de que a la vez que nos encontremos nos atrevamos son reducidas, atrévete a sentir.

Si fuera Jesse (Ethan Hawke) y me encontrara con Celine (Julie Delpy) en un tren camino a Viena no se si me atrevería a pedirle que pasara la noche conmigo, sin conocerme. Y mucho menos se si ella accedería. Pero si eso ocurriera pensaría exactamente esto.

“Antes del amanecer” es una película barata, sin efectos especiales ni un abundante reparto. Es una simple conversación entre dos jóvenes que se enamoran sólo con hablar y mirarse, y eso se convierte en el mayor éxtasis amoroso posible. Llegan a conocerse más que muchas parejas en diez años y el sexo, la apariencia, los intereses o los deseos banales son un subsuelo sin importancia bajo una complicidad completa a la que llegan dos desconocidos sólo con el hecho de conectar. Pura química.

Es la historia de amor idónea que todos quisiéramos vivir representada con una actuación vibrante y natural, llena de cariño. Lo cual, además de por la simpleza del rodaje, lleva a pensar si de verdad la cámara es un simple transeúnte que fue espectador de una verdadera historia de amor. Seguiremos repitiendo el visionado de este tierno romance sin pretensiones, esperando poder vivir algo parecido alguna vez en nuestra vida, si conseguimos tener tanta suerte y nos atrevemos a sentir.

Pablo Melgar

 

 Vienna Blood – Johann Strauss

 

 Título original: Before Sunrise

 

Año: 1995

 

Duración: 101 min.

 

Director: Richard Linklater

 

Reparto: Ethan Hawke, Julie Delpy

 

Género: Drama romántico, Cine independiente USA

 

Nota: 9 Muy buena

 

Nota filmaffinity: 7,4

 

Nota IMDb: 8,0