“Ese vínculo tan especial entre abuelos y nietos es una experiencia única que debemos atesorar. Ésta es la historia de un momento mágico. Ojalá yo sea un abuelo tan maravilloso como Gus”. (Keith Richards)
Este cuento para niños o para adultos que se convierten en niños por un instante, aunque es cierto que puede resultar excesivamente corto, es una evocación preciosa a la memoria de los abuelos. Esos primeros amigos y maestros de uno, que te empiezan a enseñar la vida sin la mirada sobreprotectora que da la paternidad y con la sinceridad digna del mentor más tierno te dan el primer empujón hacia lo que se convierte uno cuando es mayor. Probablemente la afición de sus abuelos por la música hizo de él un músico. Keith, con un perfil más dulce que el canalla al que estamos acostumbrados, rememora la historia de cómo su abuelo Gus le enseñó a tocar su primera guitarra: “Cuando aprendas a tocar Malagueña podrás tocar cualquier cosa”, le dijo. Aquellas tardes de aventuras y paseos que acababan en alguna tienda de instrumentos harían que la rock and roll star se enamorara de la música para siempre.
La Malagueña del cubano Ernesto Lecuona será eternamente el primer single en el disco de la banda sonora de su vida y cada vez que toca la guitarra recuerda aquella melodía, y sigue pensando en Gus diciéndole: “Creo que ya le has pillado el truco”. Una écfrasis sobre el poder reminiscente de la música en la memoria que, como una máquina del tiempo, nos traslada durante unos minutos a los rincones más tiernos de nuestro pasado y nos esquilma esa lágrima de amor que hacía tanto que no saboreábamos y que tan feliz nos hace. Unos tienen madalenas y otros canciones para recordar.
Pablo Melgar
Título original: Gus & Me
Año: 2014
Autores: Keith Richards (historia) y Theodora Richards (ilustraciones)
Páginas: 36
Editorial: Malpaso Ediciones
Precio: 15,50€
Nota: 7 Buena lectura
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