#Ensayo
Ensayo: La representación del Bien y el Mal en El Señor de los Anillos
Autor: Pablo Melgar Salas
4. Conclusión
- Deliberada decisión de Tolkien de incluir algunos elementos maniqueos en su ficción: lucha primigenia entre la Luz (Elfos) y la Sombra (Melkor y Sauron).
- Mitopoeia, como gracia divina en búsqueda de la Verdad (luz refractada).
- Representación del Bien como un impulso subjetivo de los personajes y solo se consigue a un alto precio (la virtud de Tolkien reside en los personajes derrotados pero buenos).
- Teoría del coraje para representar el camino hacia la Verdad (luz refractada) ante el problema del libre albedrío.
- Representación del Mal como un poder objetivo e imposible de erradicar por completo y encarnado en la figura de Sauron, el Señor Oscuro.
- El poder corrompe.
Para ejemplificar un poco más mis conclusiones tras acabar el diálogo que he intentado establecer entre las dos representaciones del Mal que tienen lugar en El Señor de los Anillos, trataré un tema en el que no he puesto mucha atención en todo el ensayo y que supone el vehículo de toda la narración de El Señor de los Anillos: el Anillo Único. Para comenzar este pequeño análisis sobre el Anillo empezaré citando una frase de Tolkien en una carta a su editor en la que sintetiza en unas pocas páginas la estructura de toda su mitología: “De cualquier modo, todo este material trata sobre todo de la Caída, la Mortalidad y la Máquina.”
En primer lugar, la Mortalidad parece ser el motor por el que se mueven todos los personajes. En el mundo secundario al que pertenece la Tierra Media, donde se desarrollan los hechos de El Señor de los Anillos, hay distintas razas que buscan de formas diferentes el “pleno sentido de la mortalidad” y, como hemos visto, para Tolkien ese camino de la Verdad reside en el arte de contar historias o mitopoeia. Mientras los Elfos, que son los seres primigenios e inmortales, tienen como objetivo último el de la preservación de la belleza; los demás tienen una lucha por sobrevivir en éste mundo a través de la búsqueda de poder (ya sea la riqueza material, como en los Enanos, o política, como en los Hombres y el Enemigo). Los hobbits son los únicos seres mortales que suponen la excepción a esta regla y, por lo tanto, son la máxima virtud de la mitología de Tolkien.
En segunda instancia, la Caída es la mutabilidad de los hechos que está altamente relacionada con el problema del libre albedrío, en el que el pecado solo puede darse en la libertad condicionada por lo finito. El sub-creador, el ser mortal, podrá “caer en la sombra” de diversas formas. Sin embargo, según Tom Shippey, el núcleo fundamental de El Señor de los Anillos parece ser la reflexión en torno a la idea de que “el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente”.
Esto nos lleva directamente al tercer punto, la Máquina, mediante la cual “el subcreador desea ser el Señor y Dios de su creación privada” como forma de rebelión contra las leyes del Creador que lo cosifican como mortal. Aquí entra en juego el Anillo Único. El uso de la Máquina, según Tolkien, es un atajo que utilizan los mortales para desarrollar la Sub-Creación, menoscabando los talentos internos que son la virtud que Tolkien más defiende en su obra. La intención por la que el Enemigo utiliza esa Máquina es la búsqueda del dominio absoluto que, en la mayoría de los casos surge desde unas buenas intenciones y se corrompe finalmente: ésta es sin duda la historia de Sauron. Cuando el primer Señor Oscuro cae, Sauron se alía con los Elfos para “la curación de las tierras desoladas”. Sin embargo, su poder de conocimiento sobre el funcionamiento de la Máquina hizo que éste usara el poder que había aprendido de los Elfos para forjar el Anillo Único.
[infobox maintitle=” ‘Ahora bien, los Elfos hicieron muchos anillos, pero Sauron hizo en secreto un Anillo Único, para gobernar a todos los otros, cuyos poderes estarían atados a él, sujetos por completo a él, y durarían mientras él durase. Y gran parte de la fuerza y la voluntad de Sauron pasó a este Anillo Único; porque el poder de los anillos élficos era muy grande, y el del que habría de gobernarlos tendría por fuerza que ser aún más poderoso; y Sauron lo forjó en la Montaña de Fuego en la Tierra de la Sombra. Y mientras llevaba el Anillo Único, era capaz de ver todo lo que se hacía por medio de los anillos menores, y podía leer y gobernar los pensamientos de quienes los llevaban…Desde esos días siempre hubo guerra entre Sauron y los Elfos’.” subtitle=”1″ bg=”pink” color=”black” opacity=”on” space=”30″ link=”no link”]
El Anillo Único es “el motor principal del relato”2 y la información que tenemos de sus propiedades son las siguientes: disminuye la velocidad del deterioro (revelación contra la mortalidad) y otorga un poder mágico a su portador –como es la invisibilidad-. Las consecuencias, por tanto, de poseerlo serán las siguientes: su poder es incalculable sea cual sea su portador porque en Él están concentrados los poderes de Sauron (el Dominador), es un riesgo para todo el que lo posee pues puede caer corrompido y no puede obviarse su existencia ya que el mismo hará por ser descubierto. Desde este punto podría pensarse que solamente hay dos opciones cuando todas las razas de la Tierra Media se reúnen para debatir qué hacer con el Anillo en “El Concilio de Elrond”: la primera, es usarlo pero no puede ser usado para hacer el Bien porque tanto poder hará que su portador se corrompa y quiera usarlo para la dominación y, segundo, destruirlo que es el propósito principal de La Comunidad del Anillo y de su Portador (Frodo).
[infobox maintitle=” ‘La fuerza del Anillo, Boromir, es demasiado grande para que alguien lo maneje a voluntad, salvo aquellos que ya tienen un gran poder propio. Pero para ellos encierra un peligro todavía más mortal. Basta desear el Anillo para que el corazón se corrompa. Piensa en Saruman. Si cualquiera de los Sabios derrocara con la ayuda del Anillo al Señor de Mordor, empleando las mismas artes que él, terminaría instalándose en el trono de Sauron y un nuevo Señor Oscuro aparecería en la tierra’.” subtitle=”3″ bg=”gray” color=”black” opacity=”off” space=”30″ link=”no link”]
Por lo tanto, mientras el Anillo esté en mano de los personajes sabios el Bien tiene una oportunidad, pues ninguno de éstos intenta usar el Anillo aún con buenos propósitos y los que lo intentan acaban pagándolo, como Boromir. Así que se podría decir que el Anillo es adictivo y ni siquiera Frodo es capaz de desprenderse de él para destruirlo, es Gollum quien se lo arrebata cayendo al fuego. De esta forma, el Anillo crea un problema constante en la ética de los personajes que no puede obviarse: todos los personajes principales se enfrentan a la tentación en el momento en el que se cruzan con Frodo y solo los sabios rehúsan de él: “¡No me tientes! Pues no quiero convertirme en algo semejante al Señor Oscuro. Todo mi interés por el Anillo se basa en la misericordia, misericordia por los débiles y deseo de poder hacer el bien”, dice Gandalf al comienzo del libro. Quizás la tensión sea fruto del miedo de Frodo a perder el Anillo o de los demás a poseerlo pero al final siempre acaba “descubriendo los puntos débiles de sus caracteres –la posesividad en Bilbo, el miedo en Frodo, el patriotismo en Boromir o la piedad en Gandalf-“ 4.
Es precisamente por eso por lo que el Anillo Único es el vehículo de expresión de las dos representaciones del Mal en El Señor de los Anillos. La ambición llevó a Sauron a poner todos sus poderes en un Anillo y así ponerlos en riesgo. Por un lado es un objeto que no puede moverse por sí mismo pero sí actúa en el interior de quien lo posee 5, así que es una especie de mediador. De esta forma, el Mal se manifiesta a través del Anillo como una fuerza externa que a su vez crea un pulso interno en el personaje. Y aquí llegamos a la última conclusión de mi diálogo entre la naturaleza del Mal en la obra de Tolkien:
- Si el Mal fuera maniqueo, el Anillo podría ser dominado por el Bien y se podría haber usado para luchar contra el Mal.
- Si el Mal fuera agustiniano, el Anillo sería un mero “amplificador psíquico” y no tendría poder para traicionar directamente a sus portadores (como sucede con Frodo).
La diferencia entre la forma que propone Tolkien de enfrentarse al libre albedrío por medio del arte y cualquiera de las representaciones del Mal mostradas, será que la primera respetará la Creación y la completará por medio de historias que ayuden a entender el camino de la Verdad -éste es el papel de los Elfos- o vivirá en ella con respeto y bondad –como el caso de los hobbits-; mientras que el Mal siempre tenderá a corromper a aquellos que busquen la dominación sobre los demás y olvidar su papel de sub-creadores al intentar sustituir a Dios –como sucede con los Hombres corruptos y con el Señor Oscuro-.
El éxito de Aragorn como Rey de los Hombres consiste en que tiene empatía con el resto de las razas, les conoce bien (cultiva el arte de la poesía con los Elfos y admira profundamente la naturaleza de los hobbits), pues ha luchado al lado de todos ellos. Además, se ha ganado el respeto de todos ellos pues se convirtió en el líder que ha traído la esperanza a la Tierra Media cuando todo parecía perdido. Parece que nunca tuvo ansias de poder, pues no reclamó el trono hasta que no fue necesario para luchar contra la Sombra. Por eso siempre fue mi personaje favorito. Aragorn se enfrenta a su destino de heredero al trono de los Hombres con inteligencia, no anhela el poder sino la paz de todos los pueblos de la Tierra Media que conoce desde su experiencia. No es el Rey que espera Góndor sino el que necesita y por eso me enseñó que hay que seguir luchando aún cuando todo parece perdido.
No es oro todo lo que reluce, ni toda la gente errante anda perdida; a las raíces profundas no llega la escarcha, el viejo vigoroso no se marchita. |
De las cenizas subirá un fuego, y una luz asomará en las sombras; el descoronado será de nuevo rey, forjarán otra vez la espada rota. 6 |
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- TOLKIEN, J. R. R., Silmarillion
- SHIPPEY, TOM, The road to the Middle Earth, Capítulo 5 «Entrelazamientos y el Anillo».
- TOLKIEN, J. R. R., El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo, Libro II, Capítulo II: «El Concilio de Elrond»
- SHIPPEY, TOM, The road to the Middle Earth, Capítulo 5 «Entrelazamientos y el Anillo».
- “Durante un instante se preguntó si el Anillo mismo no le había jugado una mala pasada; quizás había tratado de hacerse notar en respuesta al deseo o la orden de alguno de los huéspedes.”
- TOLKIEN, J. R. R., Poema «The Riddle of Strider»
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