Existe la creación, eso es indudable,
el génesis en cualquier formato,
desde cualquier mente,
la vida como una obra de arte.
Dos caras efímeras de una misma realidad
¿hay algo más perfecto que una ola de mar?
Nace, a sí misma se moldea,
bajo el sufragio del medio se espuma
y antes de diluirse donde todo empieza y acaba,
se carga de fuerza con un soplo de marea.
El devenir en un puñado de segundos
¿existe lo absoluto?
Ningún rostro se divide en caras iguales,
coexisten en una misma realidad:
compatibles, necesarias y antagónicas,
equilibrando la perfección de sus partes.
Las grandes escalas se escapan a nuestros ojos
¿es el mar un simple hoyo?
Disfraces, carcasas, envoltorios,
caparazones, ropas y tragos largos…
Segundas pieles, máscaras, abrigos,
armazones, bolsas y autoengaños.
Maquillajes, tapas, filtros,
escondites, etiquetas y aires acondicionados…
Regates, bombillas fundidas y cierres metálicos,
papel pintado, sonrisas falsas y amores malos.
Encajes, miopías, desvaríos,
parches, cuevas y cristales tintados…
Enfoques, huidas, olvidos,
tintes, vendas y cuerpos embalsamados.
Dios, el mar y el viento…todo disimula y a la vez es parte de sí mismo.
¿Es realmente una ola el mar o el viento?
Pablo Melgar
No quarter – Led Zeppelin
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