Pequeños recuerdos amorosos. Capítulo 4
Recuerdo que una vez cogí un autobús y cuando llegué era mayor. Una madrugada de invierno, improvisando, cogí mi maleta y saqué un billete. No dormí nada durante el trayecto, mi corazón crecía y crecía. Y al llegar, cuando bajé las escaleras de aquel autocar, caí en una gigantesca cama llena de mantas y cojines. El lecho más espumoso y grande del mundo. Bajo aquel edredón me encontré esos ojos tan grandes salvando la oscuridad. Sin...