¿Qué sacó a Martin Scorsese de la mafia? Y, sobre todo, ¿cómo salió ileso de la situación? Es una cuestión peliaguda la de cómo encima se atrevió a contar aquellas historias que siempre “quedan en familia”. ¿No es así?…pues que alguien me explique cómo el maestro sabe captar el verdadero lenguaje del crimen organizado. Su primera persona, su narrador casi imprescindible, es tan natural que podría ser él mismo perfectamente.

Estamos de acuerdo en que “El Padrino” son palabras mayores y que saborear esa trilogía es como estudiar a los grandes filósofos, pero una película de Scorsese es alistarse en la camorra, es ser testigo presencial de sus maniobras y acabas maldiciendo con acento italiano tras tres horas de película que se pasan como un rayo.

Resulta curioso observar la similitud entre sus grandes obras de delincuentes americanos, incluyendo otro tipo de bandido como es su reciente “El lobo de Wall Street”. Un relator que nos cuenta la historia de cómo llegó a lo más alto y cómo se bajó del pedestal, en un ambiente fidedigno en el que se nos sumerge poco a poco, como si fuéramos nosotros mismos los que protagonizáramos ese ascenso vertiginoso por las ramas del éxito furtivo. En cada historia, el espectador evoluciona desde la ignorancia y la fragilidad del protagonista inexperto hasta la seguridad máxima de un triunfador en lo más alto.

 “Nicky tenía una forma infalible para ganar. No era muy científica pero le valía. Si ganaba cobraba su dinero y si perdía les mandaba a la mierda, ¿qué iban a hacer? ¿coaccionar a Nicky? Nicky era la coacción”.

 Casino es una obra maestra menor, si se me permite la paradoja. Me explico, no es una historia tan poderosa como la de Uno de los nuestros o Infiltrados. No llego a sentir miedo por “Ace” Rothstein, no de la forma en que lo sentí por el personaje de Ray Liotta en Uno de los nuestros , en una de esas veces en las que te obligan a sentir pena y empatía por un canalla. Son aquellas veces en las que me siento manipulado y aplaudo por ello. El personaje de Robert de Niro me parece más previsible, más débil dentro de su pragmatismo y algo insulso a pesar de sus llamativas habilidades de perro viejo del juego y las apuestas y, por supuesto, por ese actorazo.

 Aún así no dejo de disfrutar de un lenguaje que no considero que haya inventado Scorsese, pues debe de ser el propio de la mafia, pero que quizás gracias a su condición de ítalo-americano de padres sicilianos emigrantes ha sabido captar mejor que nadie. Papeles como el de Joe Pesci han creado una escuela que han intentado seguir “Los Soprano”, Tarantino y todas las producciones que han intentado desnudar a aquellos personajes que viven de las extorsiones, de chantajes, de sobornos, de asesinatos e intimidaciones y que sacan partido económico de todo ello.

 El “Get the fuck out of here!” de Joe Pesci y su manera tan natural y mediterránea de amenazar es la misma que la de los Paulie, Moltisanti, Tony Soprano y compañía. La caracterización de unos cabrones sin compasión que tienen en la sangre las reglas de una vida en familia, con la doble moral que conlleva: la familia es lo primero pero nadie es eterno. Las acciones a espaldas de los demás, las traiciones y los juegos taimados compatibles a la ayuda y protección tan cálida de un familiar.

“Hay tres maneras de hacer las cosas: la correcta, la incorrecta y la mía”.

En esta película se cuentan los negocios que la mafia italiana tuvo en Las Vegas en los setenta y ochenta. Ya se contó otras veces, como en el Padrino. Scorsese vuelve a tirar de la dupla De Niro-Pesci para hacerlos protagonistas, ésta vez, de los chanchullos de los casinos. De cómo se benefician del juego, del uso de influencias y la corrupción, de la intimidación por el miedo que supone poder ser asesinado y de toda una jerarquía de manos que se reparten maletines en las que todos aquellos que consiguen un determinado poder son corrompidos por la ambición. Además, en todas las historias hay una debilidad que hace humanos a los más malos, llevándoles a errar. En mi caso, mi punto débil es Sharon Stone y creo que el de más de uno.

Siempre hay muertos y amistades rotas en sus películas, cambios de corona y sangre, mucha sangre. No faltan escenas excesivas mezcladas con el humor más negro y si se acompañan con el mejor blues unos diálogos de altura o se aliñan asesinatos con un fondo de los Stones, entonces es una verdadera delicia ser partícipe de todos esos actos malévolos pero que, reconozcámoslo, nos hacen disfrutar.

Pablo Melgar

(I can’t get no) Satisfaction – The Rolling Stones

Título original: Casino

 

Año: 1995

 

Director: Martin Scorsese

 

Guión: Nicholas Pileggi, Martin Scorsese

 

Reparto: Robert De Niro, Sharon Stone, Joe Pesci, James Woods, Don Rickles, Alan King, Kevin Pollak, L. Q. Jones, Dick Smothers, Frank Vincent, John Bloom, Clem Caserta, Melissa Prophet, Pasquale Cajano, Vinny Vella, Frankie Avalon

 

Género: Thriller, Drama, Mafia, Crimen, Juego, Años 70, Años 80

 

Nota: 9 Muy buena

 

Nota filmaffinity: 8,1

 

Nota IMDb: 8,2