El mismo rugido desde hace días, el asfalto jamás duerme y yo tampoco desde entonces. Viajo con un cadáver desconocido en mi espejo retrovisor y la barba empieza a escocer. En la 66 no hay curvas ni sitios donde comprar cerillas. Enciendo la última en mi barbilla, arañándome la cara con el fuego, para los próximos diez Lucky Strikes que me quedan. Que no pare el humo hasta que me muera, ni esta cinta de los Creedence.

Pablo Melgar

 Green River – Creedence Clearwater Revival