En el año 1974, los Rolling Stones publicaban uno de sus mejores discos bajo un eslogan muy reivindicativo: “es solo rock ‘n’ roll, pero me gusta”. Aquel sonido ha servido de base y de influencia en todo lo que ha venido después, y consiguió mantener viva la llama del rock ‘n’ roll hasta nuestros días. Para Jenaro Talens, poeta y ensayista español, aquel mensaje de Mick Jagger y Keith Richards sirvió, además, de influencia para defender “lo que nos gusta” y en nuestro caso es la literatura. En “El Robot ilustrado y el futuro de las humanidades” reflexiona sobre el papel fundamental de las Artes Humanidades, ya no solo como fruto de las pasiones más sensibles sino como parte fundamental del desarrollo de una sociedad.
El hilo conductor de su discurso se desarrolla a través del análisis del papel de la tecnología en la sociedad, como símbolo de la evolución que hemos desarrollado desde que el arte era la forma de cotización en bolsa en otros tiempos hasta la actualidad.
¿Hacia dónde nos lleva la tecnología? El cine de ciencia ficción nos da dos posibilidades muy claras. Por un lado, en la mente de todos quedó el discurso final del replicante de Blade Runner: “es toda una experiencia vivir con miedo, ¿verdad?, eso es lo que significa ser esclavo”. En él, el androide muestra un amor por la vida más allá de la previamente programada, mostrando una personalidad propia y una gran sensibilidad. En contraposición, se encuentra ese temerario y funcional robot de Terminator, creado para matar. “¿Se trata de “robotizar” nuestros conocimientos o de convertirnos en robots ilustrados?”, se plantea Talens.
Parece que el ritmo de la sociedad actual tiende a lo segundo, a formar ciudadanos puramente funcionales que cumplan las funciones más productivas dentro de la sociedad. Talens nos lo plantea a través de la educación informática que recibimos como usuarios autómatas que manejan programas con patrones establecidos previamente, sin la opción de una posible reprogramación, es decir, de desarrollar la creatividad.
Por lo tanto, las Humanidades cada vez son menos valoradas en el plano educativo ya que no desarrollan conocimientos rentables a nivel económico y se apuesta más por seguir explotando aquella idea de la revolución industrial que nos convirtió en eslabones de una cadena productiva. La enseñanza sigue planteada de aquella manera, mediante una estructura de “meritocracia” basada en las notas y los títulos académicos obtenidos a través de la memorización de unos contenidos, en detrimento del desarrollo de la reflexión.
La pérdida de importancia de las humanidades ha traído consigo una proporcional deficiencia en la visión crítica de los ciudadanos que, al igual que en los programas informáticos o los videojuegos, se han acostumbrado a actuar bajo el yugo de los patrones establecidos. Creemos practicar la democracia y la pluralidad de ideas, pero la estructura es bastante rígida y el voto útil es otro ejemplo más de nuestra programación. Somos robots fácilmente manejables con un mando a distancia.
El valor de los estudios literarios es esencial también a la hora de replantearse, incluso, las propias categorizaciones dentro de la literatura y observar cómo éstas están cargadas también de tintes políticos tendentes a la sistematización de ideas o simplemente de cómo se anulan corrientes solamente por el hecho de desviarse del camino de la cultura de masas. Varios ejemplos más son los que catalogan a la literatura castellana desarrollada en América latina bajo denominación de “Literatura Hispanoamericana”, todavía esclava de la atadura colonizadora española del pasado; o los que eluden las creaciones no productivas en un futuro mercado.
Menos mal que, de vez en cuando, surgen iniciativas que intentan mantener viva la llama de los juicios propios. Siguiendo la estela de los Stones, hace apenas unos días pudimos ver cómo un programa de televisión en forma de falso documental llamado “Operación Palace” (Jordi Évole), con mayor o menor éxito, nos hizo reflexionar sobre la veracidad de las informaciones que desde los medios de comunicación nos lanzan bajo la máscara de verdades absolutas presentadas de una forma bonita.
Ese es el verdadero poder de las Humanidades, despertar las conciencias y la creatividad personal de toda persona. Todos somos capaces de viajar y sacar conclusiones en un texto y si somos capaces de hacerlo de la misma manera con el cine, la pintura o el rock ‘n’ roll conseguiremos una sociedad de personas sensibles con capacidades de decisión no autómatas sino con una personalidad propia. Es solo literatura, pero me gusta y me hace tener una voz propia.
Pablo Melgar
El robot ilustrado y el futuro de las humanidades, Jenaro Talens
It’s only rock ‘n’ roll (but I like it) – The Rolling Stones
“Toda una experiencia vivir con miedo, ¿verdad? En eso consiste ser esclavo. He visto cosas que vosotros no creeríais. Naves de ataque en llamas más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia…Es hora de morir.”
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