#22 Berta y Paul

km0.cool

Querido lector, quiero empezar esta entrada reconociendo que no entendí ‘Los salmos fosforitos’ (La Bella Varsovia, 2017) de Berta García Faet; pero tampoco he entendido ‘Los otros poemas’ (Kriller71, 2023), de Paul Legault. Y por eso me gustan los dos poemarios, porque me animan a ser valiente. Están hechos el uno para el otro y no es casualidad que Berta haya traducido a Paul. Ambos hablan el idioma de la polifonía y lidian con la interferencia de la experiencia humana. ¿Hay algo más real y más absurdo que esa conversación entrecortada?


  • Autor: Paul Legault

  • Traducción: Berta García Faet

  • Editorial: Kriller71

  • Cita:

«En medio de todo este alboroto sobre el tema de la bisexualidad de Dios,

el DJ de la boda intentó suicidarse».


BERTA GARCÍA FAET: «Amo a Paul Legault».

PAUL LEGAULT: «Adoro a Berta García Faet».

BERTA GARCÍA FAET: «Su imaginación multicolor me hace muy feliz».

PAUL LEGAULT: «es algo totalmente novedoso».

CÉSAR VALLEJO: «Si no he de ser hoy libre, no lo seré jamás».


  • Autora: Berta García Faet

  • Editorial: La Bella Varsovia

  • Cita:

«Toda depresión es topográfica.

Meteoritos que laten».


BERTA GARCÍA FAET: «en las conversaciones peregrinas y certeras».

PAUL LEGAULT: «puedes representarlas en tu mente».

BERTA GARCÍA FAET: «que las cosas indefinidas quieran definirnos».

PAUL LEGAULT: «Fue como aprender a no anticipar lo que vendrá después».

CÉSAR VALLEJO: «Tal es el lugar que yo me sé».


Pienso en el fragmento del poema que es un poema también, dentro de otro poema que se ríe de la propia poesía. Y pienso en una forma de pensamiento que se retuerce sobre sí misma: trágica y a la vez humorística, trilce en toda su esencia. Pienso trilce y se me olvida el hilo conductor, pero mi pensamiento no pierde nunca su ser de acto pensante. Verso es el cuerpo por el que se propaga la luz. En los poemas de Paul Legault es la forma la que ejerce de toma de tierra. En los poemas de Berta García Faet es el signo. En César Vallejo es la lluvia. La poesía es un cuerpo conductor de lectura libre. La lectura una conversación subversiva con uno mismo, desde los demás.

Escucho Radiohead, mientras receto conjeturas híbridas. La poesía no se escribe para ser entendida sino para ser un poquito más libre.


«TEETETO: ¿A qué llamas tú pensar?

SÓCRATES: Al discurso que el alma tiene consigo misma

sobre las cosas que somete a consideración»

Platón

Extraído de ‘La voz interior y su relación cognitiva con la voz autorial en la narrativa contemporánea en español’ – Vicente Luis Mora



OTRA INTRODUCCIÓN, Paul Legault

Puesto que yo escribí

estos poemas, son míos.

TÚ: Son míos después.

AMIGOS: Casamos bien juntos.

TIEMPO: ¿Te acuerdas de mí?

PEZ: Soy un recuerdo.

El océano sigue siendo ese lugar

sobre el que puedes caminar en tu mente

o si está lo bastante frío.

HIELO: También soy agua.

PLANTAS: Tiro de ti.

GRAVEDAD; El agua se mueve en mi contra

de una forma (casi) mágica

sobre la que leí.


LVIII, de Berta García Faet

Junto a querubines

en la waiting-room: apelotonada,

sólida líquida gaseosa

apelotonada

en mi escondrijo de abeja.

Miel maciza, nunca aguada, nunca vaporosa,

y qué

miel  grata!

Arreglo las flores los embarazos los tajos;

es bonito es empático

libar la miel.

Inclusive en la celda!

Cuando me enfermo, doctor,

procuro desenfermarme. Cuando me enfermo

acontece que mis órganos

se desenamoran de mí.

Machaco a mis desenamoramientos; soy 5 o 6

caballos

muybienhadados:

debo libar la miel. Carpe diem, doctor! No rezongue:

sólo quiero decir que, si

quiero,

libo la espuma la miel: me llevo en brazos

cual a una mula molida. Los mismísimos brazos

tatuados, doctor!

“Y qué animal”, dijera usted. “Y sí”, dijera yo. Lato:

no reniego

de la mula molida que, cual mi abeja, siempre más,

me liba

más

en los abrevaderos

tan y tan vulnerables.

Tan y tan gratos compañeros de celda!

Vivir es fácil!

No digáis que agotado su tesoro

la vida es una celda! Qué exageración.

Estoy un poco enferma se me

pasará. Vayámonos

a sisear sí sí sí en los lomos de las mulas, vayámonos

a entonar sol la sí sí

–pero

no, no, tranquila-

en los lomos de mi abeja. Mastiquemos un erizo

del mar vapuleemos

sin misericordia

hálitos de ángeles sin aletas sin juntos

juncos

guardados resguardados

a la sombra gualdísima de los pinos.

No soples tan fuerte, neo-niña, que te va a dar

un patatús que te van a dar

a luz que te van a dar vueltas vueltas

e inadvertidamente

te dolerá un poco!

No voy a criticar al doctor –a los doctores− que me ciñeron

la aleta mala.

Cuando alguien mente el episodio –los episodios−

voy a reírme y a rezar. No te vayas

a reír

de mis rezos, hermanito! La noche la ambulancia

caminante

sí hay camino

no se me hace

cuesta arriba, se deshace el camino al andar!

Quién anda ahí?

Aletas malas?
Regreso, infantil. No es necesario

preguntar más. No atizaré

olas épicas, no propinaré

ultrajes a mi imagen; “y qué

imagen animal”, dijera usted.

“Y sí”, dijera yo a cualquiera, a cualquiera!

Todavía sangro. Ves? Hay sangre. Hay sangre

para todos. Que no cunda el pánico, hay sangre

meteoritos jarabe sólido

líquido gaseoso

para todos.

Acontece que somos exactamente iguales,

estamos

exactamente

igual de perdidos. Igual, igual.

Propongo encontrarnos

junto a los juncos cimbreados. Y qué

miel grata, qué cima, brea! Cierto?

Piezas, trompicones,

over there, over there. Estás sorda o qué te pasa?