Collage Republic
magazine de arte desapercibido

 

fotografía de @berta_photographer

 

“Sentados sobre el paralelo / Miremos nuestro tiempo”

Vicente Huidobro

 

‘Ahora todo el mundo hace collage’, me dijo un amigo el otro día. ‘Somos posmodernos’, le contesté –haciéndome el pedante–. Capturo esta respuesta como penitencia, para que todos la veáis. Lo dije de manera despectiva pero ahora no lo veo así. Pensamos en collage, eso sí. No mentiría si digo que hasta nuestros recuerdos tienen la forma del cine. Ese lenguaje de frames: batiburrillo que se mezcla en nuestra mente, instantáneo y lleno de voces, de residuos, de eslóganes, de fragmentos que solo se unen en conceptos artificiales que reordenamos después –proyectados en personas, lugares o momentos muy concretos–. Pero si tuviéramos que presentarlos de alguna manera abstracta, en un único plato, sería a través del collage. La sexta –¡sexta ya!– aparecida de esta galería y fundadora de ‘Collage Republic’ –la patria donde habita su arte– se llama Lina Ávila y nos va a contar cómo se expresa.

 

“Y seres nuevos surgen
En formación de a tres”.

Guillaume Appollinaire

 

Dicen algunos teóricos que es el arte inacabado que se bifurca, que abre puertas –o que las plantea–, que superpone recortes de textos e imágenes preexistentes y les da un nuevo marco. Dicen también que representa el lenguaje de la vida moderna y que lo deconstruye como la posmoderna. Todos los fragmentos adquieren una nueva dimensión en la lámina, se reciclan. Inconscientemente pienso en la niña sentada en una alfombra. A su alrededor tiene esparcidas las revistas de su madre. Con las tijeras desmiembra las formas, les da nuevas funciones. Escoge los titulares que le hacen gracia, los descontextualiza, les da nuevos significados. Quizás incluya el rostro de Hollywood que despierta sus primeros deseos o el horizonte de sus abismos que solo es capaz de intuir. Ese collage que la niña reordena, con una barra de pegamento –hoy lo haría en TikTok o en un meme–, es la representación de su república –donde ella es arquitecta, alcalde y única vecina–. Si tuviera que expresarlo de manera literal, la niña no sabría pero te podría dar la llave para que tú vayas.

 

Fotografía que documenta la intervención urbana con flores recogidas durante uno de los primeros paseos permitidos en mayo 2020, después del confinamiento provocado por la crisis sanitaria de la COVID19.

 

Lina me habla de la ‘azarosidad del collage’, como si hablara de un paseo. Primero se hace preguntas, piensa en conceptos, elige las texturas que representen esas respuestas temporales desde el caos. Luego selecciona y combina, ‘como si fuera un puzzle en el que las piezas han de encajar’. El proceso creativo no me parece distinto al de un poema –o por lo menos con el que me veo identificado–: una búsqueda donde una cita de otro autor, una imagen y una sensación pueden entretejerse en el texto. El poema las encierra, les da una forma nueva, un nuevo contexto en la palabra. Sin embargo, la nostalgia es física en el collage. La textura del material con el que trabaja la niña existe y se puede tocar, intuir, oler una época distinta en la que el mundo se representaba de otra manera. Mirarla desde aquí, entender el tiempo a partir del amarillento papel de periódico. Crear un verso a partir de él.

 

«Desde mi infancia tuve inquietudes creativas. El collage fue una expresión más de todo ello.».

 

Todo ese proceso se derrama en la imagen y la niña ya es profesional, ahora sabe explicarse. Utiliza toda la técnica que está a su alcance para resolver el enigma –o al menos para plantearlo–. Tiene en cuenta la textura, el color, la semiótica de las imágenes que escoge, su disposición en el lienzo, incluye versos que escribe y los hace convivir en un único escenario. La pieza ‘Loading’ –que abre este artículo– es otro ejemplo de ello. Una fotografía en blanco y negro, intuimos que es antigua –o que lo simula– por el tratamiento de la imagen, el ruido, la falta de nitidez, el vestido con la espalda descubierta de su modelo, el glamour de su collar de perlas y el espejo donde mirarse. En la fotografía original imagino un rostro perfecto, digno de una época donde todo era posible. Pero hoy nos miramos y la imagen se mueve, da vueltas, esperamos a que cargue el GIF sin solución.

 

Collage analógico para la convocatoria “Community” de PNW Collage Collective

 

¿Desde dónde miramos el pasado y cómo lo reconstruimos? ¿Cómo vivimos el ahora con lo aprendido? La imagen de la niña me sirve para imaginar ese territorio de la infancia que guardamos en los diarios –el lugar donde nos mostramos vulnerables y donde miramos hacia atrás–. Y el de la profesional, porque esta forma de expresión tiene algo de artesanal, de cirugía, de recorte, de lupa –permite mirar hacia adelante–. Además de artista, Lina es creativa de publicidad y conoce las técnicas que nos explican y nos seducen, el poder de la tipografía y del cartel o el bagaje literario que representa nuestros comportamientos en el mundo actual. Gracias a esa fusión es capaz de canalizar su intimidad con muchas herramientas –sean analógicas o digitales, visuales o lingüísticas–. Ese diario se llama ‘Difficult Loves’: cada composición remite al día exacto de hace un año, a lo que creó la artista en aquel momento de incertidumbre. ¿Qué nos hace sentir, mirar atrás? ¿Dónde estamos ahora?

 

Collage analógico

 

Repasar su obra y detenernos en ella, nos sirve como marco de referencia para los futuros aparecidos de esta galería que también hablen la lengua collage. Cómo trabaja una artista profesional –desde la intimidad hasta la exposición–, qué identidades tiene y cómo las pone en práctica («Soy mujer y es una realidad de la que no puedo ni quiero despegarme»), qué mensaje nos plantea con su obra evocativa pero con cuerpo detrás –aunque sea multiforme– (en este enlace podéis echar un vistazo a alguno de sus proyectos) y muchas cosas más que no caben en ningún texto.

 

Collage analógico.

 

Por mi parte, disfruto por las mañanas de su diario, de la orografía del poema, de sus colores, de las llaves que me ofrece. El collage es experimental por naturaleza, representa un proceso creativo, hace gala de él, deja sus rastros en cada una de sus dimensiones. Y para que las palabras convivan con lo visual en armonía, los poemas son muy depurados, directos y evocativos a la yugular –o al silencio–. Las imágenes a veces son explosivas, otras veces son el papel pintado de la habitación que nos guarda al mirarlos. Se contemplan como un cuadro, se razonan como metáforas, dejan el poso del cine, se habitan como una república.

 

Y estás: en el vacío

y en la ausencia presente,

en la que es y vive

sin dejar de ser única

oquedad invisible

con raíces eternas.

No hay mundo que la llene

pero sí algo vivo

que la besa y la calma.

 

«De Ernestina de Champourcin, una de las olvidadas de la generación del 27».

 
¿Cómo te expresas?:

Me expreso a través de la imagen y la palabra, especialmente a través del collage y la técnica mixta, aunque no tengo problemas en experimentar, lo haré siempre que no comprometa lo que quiero expresar. En realidad son distintas formas de acercarme a lo que quiero abordar, dependiendo de donde quiera poner el foco, utilizo un lenguaje u otro. Por ejemplo, tengo debilidad por el collage analógico, sin embargo, para la pieza “Loading…” tenía claro que el soporte adecuado era el digital.

Debido a mi trayectoria como creativa en el sector publicitario, el inicio de cada trabajo es como un brief, mi punto de partida casi siempre son preguntas. Aunque, en ocasiones es un impulso, una emoción que sucede de repente y trato de trasladar a lo visual.

Antes de empezar a materializar una pieza, llevo a cabo una búsqueda e investigación, tanto conceptual como formal, a la hora de seleccionar los materiales o soportes. Cada obra la realizo de manera concreta. Habitualmente recopilo material y, antes de comenzar, siempre lo reviso. Hago selecciones y las combino, como si fuera un puzzle en el que las piezas han de encajar. Incluso teniendo una idea muy clara, buscando elementos específicos, puedo encontrar otra pieza que funcione mejor. Esta es la magia del collage, su azarosidad. Me atrae la posibilidad de crear a partir de pedazos de otros objetos e historias y que estos sean la base para generar otras nuevas.

La memoria es un concepto importante en mi obra. Por ello existen dos componentes que se dan frecuentemente en la misma: la nostalgia y el relato. Suelo trabajar con material antiguo, ya sean imágenes, muestras de papel, revistas, cuadernos… Ese material ya cuenta con su propia biografía y es cautivador reconstruir y recontextualizar a partir de él. De ahí que suela recurrir al rasgado del papel. Es como añadir una cicatriz a su historia. Lo mismo sucede con las arrugas, las manchas…la percepción de esa materialidad transmite experiencias.

No sigo una rutina en particular. Si trabajo el collage analógico u otra técnica manual, que no sea la escritura, sí es importante para mí trabajar con luz natural. No percibo igual la textura del papel, los colores…y la vista se cansa más rápido. Otra cosa que he ido cambiando a la hora de crear es la música. Cada vez más lo hago en silencio. Los momentos de creación constituyen un marco de reflexión. Necesito atención plena.

 

 
¿De qué artista aprendes?:

De muchos, tengo un gran interés por el arte y la cultura en general: la fotografía, el cine, la música… no podría centrarme solo en una disciplina. De hecho este fue uno de los motivos por los que estudié la carrera de Publicidad y RRPP. Se trataba de una formación muy completa, que abarcaba diferentes ámbitos como historia del cartel, sociología, literatura…

Creo que podemos aprender de muchas cosas en el día a día, a veces solo se trata de parar, observar y escuchar.

En este sentido, me parece muy sugerente e inspirador el trabajo de Paula Valdeón Lemus. Su manera de trabajar el concepto de habitar a través de la memoria y el espacio doméstico, su manifestación mediante la ruina y los objetos encontrados. Su tratamiento del paso del tiempo, su huella en los objetos que consumimos. El hogar como contenedor de vida, espacios, tiempos,… Su obra me resulta impecable y evocadora. Siento una gran conexión con su trabajo.

@paulavaldeonlemus

 
Una reivindicación:

La pereza y la memoria. En la primera estoy trabajando. Al contrario de lo que pensé en un primer momento, la pandemia ha venido a acelerar el ritmo de vida ajetreado que llevaba. Echo de menos levantarme sin despertador y leer en la cama sin mirar la hora. Por otro lado, la memoria como reivindicación al ritmo frenético en el que vivimos, donde se produce rápido, se consume rápido y se olvida. En realidad, vivir más despacio y de manera más consciente.

 

Un defecto:

Soy bastante caótica, especialmente trabajando. No puedo crear en un espacio ordenado porque no pienso de manera lineal y necesito tener estímulos a mi alrededor. Es importante que los elementos estén transitando por la zona de trabajo. En mi mesa siempre hay mucho papel. No solo como material para la creación, sino cuadernos y hojas donde apunto desde frases a conceptos. También acostumbro a dibujar bocetos, elaboro esquemas compositivos e, incluso, escribo. Tiendo a expandirme. Lo normal es que empiece trabajando en la mesa y acabe en el suelo. Así que entiendo que no es fácil compartir espacio conmigo.

 

Una canción:

¡Qué difícil! Te puedo decir desde una de Triana, pasando por Nina Simone hasta Moderat. Como tengo que elegir, una me lanzo con “Shadowland Suite”, del álbum Neue Meister Live in Berlin, que descubrí el año pasado a través de Matthew Herbert (otro tipo que me encanta y que participa en el disco, entre otros). Esta canción en concreto es de Federico Albanese. Aviso son 10 minutos 😉

 

Una obra / un verso (o los 2):

Mmm…complicado también. Si pienso en una serie la primera que me viene a la cabeza es “A dos metros bajo tierra”. No sé cómo habrá envejecido. Cuando la vi me tocó bastante.

Y algo más actual, la peli “My Mexican Bretzel” de Nuria Giménez me fascinó. Aún más cuando leí sobre ella después de verla. Solo puedo decir que la frase con la que comienza, “La mentira es otra forma de decir la verdad”, tiene mucha miga.

Un libro: “La muerte del padre”, de Karl Ove Knausgard. Es un relato con una narrativa cruda, donde aparecen textos de gran belleza y profundidad. Me gustaría leerme la serie completa, porque además querría decir que tengo más tiempo libre 🙂 Son 6 novelas, aunque desconozco si todos los tomos están traducidos.

Si estáis en Madrid la expo de Joanie Lemercier en la Fundación Telefónica merece la pena. Impresionantes sus instalaciones audiovisuales, su visión poética y su conexión con la naturaleza. Aunque la experiencia no es la misma, si no podéis visitarla, hay bastante información en la web de la fundación.

En cuanto a versos, dejo aquí dos poemas de Laura Rosal y Ernestina de Champourcin:

 

últimos días flotando

últimos días leves abismáticos

cubiertos de sal turquesa turbia infinita,

últimos días de enumerar acantilados

de acariciar cornisas con colmillos

de sumergir extremidades y células y el jazmín rizado

y la tenue cantinela con la que desordenamos las

palabras

 

De Laura Rosal, la conocí hace años a través de LeCool. Su escritura es maravillosa. Cada semana espero recibir la newsletter del magazine para leer su editorial.

 

Etiqueta a otro artista:

@mart_lap_ la descubrí hace poco en Instagram y tuve un flechazo con sus murales. En ellos revaloriza lo cotidiano, lo rural y el papel de la mujer en la sociedad.

 
Me gustaría saber en qué estás trabajando ahora:

Actualmente estoy publicando en Instagram mi diario de confinamiento, “Difficult Loves”. Cada día subo la página correspondiente al mismo día del año pasado. “Difficult Loves” me permitió canalizar y expresar mi sentir sobre lo que estaba aconteciendo. Cada página habla de distancia, de ausencias, de lo que significa un hogar, de lo colectivo y lo íntimo, del pasado y el presente, de la incertidumbre…de nuevos caminos. Fue algo tan espontáneo como necesario, a diferencia del resto de mi obra, fue un proceso muy ágil.

El pasado 14 de marzo, con el aniversario de la declaración del estado de alarma, decidí hacerlo público en su totalidad, como si se tratase de una especie de ritual de paso. La recuperación de una memoria íntima, pero inevitablemente compartida.

Además estoy ultimando una exposición individual, “5 centímetros por segundo”, que se inaugurará el próximo 8 de mayo en Arte Efímero. Me hace especial ilusión que la fecha coincida con El Mundial del Collage. Este proyecto, comisariado Marta Martínez fundadora de Ephemeral Project, surge a partir de una intervención urbana que realicé con flores recogidas durante uno de los primeros paseos permitidos en mayo 2020. Este nuevo trabajo está siendo un reto ya que he pasado de utilizar el papel como soporte plano, a componer con volumen por medio de una instalación, algo que he podido hacer gracias al apoyo de Carmen, del estudio de artesanía floral Níkua. Tanto en la intervención urbana como la instalación, presento a la naturaleza como generadora de esperanza debido a su capacidad inherente para crear vida. Estoy muy emocionada con este trabajo, tengo muchas ganas de verlo montado en el espacio.

 

aparecida #6: 

Y hasta aquí lo que os puedo mostrar de la sexta aparecida. Que no se os pase desapercibida su obra:

canales de Collage Republic:

@collagerepublic
collagerepublic.com

 

Este texto no pretende ser una crítica ni un análisis, comparto el arte que me gusta y me lleva hacia otros caminos, a otras maneras de entenderlo. Usa el hashtag #km0cool en tus publicaciones de Instagram y sigue a @km0cool si quieres que tu trabajo se comparta. También puedes enviarme tu trabajo directamente a melgar.pablo@gmail.com

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magazine de arte desapercibido.?

editor: Pablo Melgar

 

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