#Música

#Poesía

#Literatura

Los tristes sauces llorones

nos dirán adiós inclinados,

las rosas manzanas del rocío

se caerán al suelo

para impedir la partida.

 

Y las odiosas ortigas cabreadas

te morderán los talones,

las flores del campo

perderán su olor.

 

Las vidas exhaustas, impotentes,

violadas por un millón de manos ávidas,

cortadas por unas tijeras destructoras,

privadas del fruto de un año de esfuerzo,

se envolvieron unas con otras

en un abrazo helado.

 

Y nosotros, los seres humanos

aún nos retorcemos sobre la espalda,

con el pelo lleno de tierra y de lluvia,

dirigimos la mirada al cielo de casa,

en busca de abrazos y reposo.

 

Donato