Nacido en la Umbría italiana, en su capital Perugia, en el seno de una familia tradicional católica italiana y destinado desde siempre a la profesión legal, Giovanni Mirabassi empezó a tocar el piano con dos años. A desviarse de su camino y a emprender un viaje en el mundo del Jazz, en el que hoy en día, tras encandilar la escena francesa, se conforma como uno de los referentes en el arte del marfil y 88 teclas de ébano.

Esta noche podremos disfrutar de sus escalas cromáticas y su ritmo ardiente en el Festival de Jazz de San Javier que hoy abre sus puertas a sus más fieles que, año tras año, acuden a la misa del Jazz.

Mirabassi tenía claro que lo suyo no eran las leyes, y cayó en el embrujo del piano. Entre los 16 y los 22 años aprendió y perfeccionó su técnica con las teclas. Su ecosistema adolescente estaba impregnado de Chopin y Monk. En el año 1992 sumido en el impulso de un joven, se establece en París a los 17 años, hecho que cambia su vida. Con tan sólo 21 años obtuvo el “Grand Prix du Disque for Jazz” por su primer álbum, “Dyade”, junto a Pierre-Stéphane Michel (contrabajo) y Boltro Flavio (trompeta) a manos de la Academia Charles Cros.

“El Che Guevara decía que la revolución verdadera está guiada por grandes sentimientos de amor. No estamos hablando aquí sobre política, pero la estética y este campo no tienen límites”. Mirabassi siempre fue un artista comprometido, concienciado con la política y la sociedad, y por luchar por sus ideas. “En “Avanti”, su primer disco como solista, el pianista italiano recopiló una serie de melodías revolucionarias cantadas con sus dedos. Ahora vuelve al género revolucionario con “Adelante”, su nuevo álbum grabado en el estudio Abdala de La Habana. Un álbum dedicado a la revolución. Consciente de la situación en Cuba y del papel de Castro en ella, el italiano cree que es hora de tomar parte, de cantar:

Vienes quemando la brisa 
Con soles de primavera
Para plantar la bandera
Con la luz de tu sonrisa. 

(Hasta siempre comandante Che Guevara)

 No podemos sino acordarnos de aquellos artistas de “canción protesta” que hoy en día, y de forma inexplicable, están en peligro de extinción. Con sus versiones de “La Internacional” y “El Partisano” inyecta el sentimiento necesario que penetra en los corazones de su público para dejar un mensaje. Y es que no necesita alzar mucho la voz, quiere “que la música hable por sí misma”. Esta noche podremos saborear su sentimiento romántico con este instrumento tan profundo, y volaremos a la Guerra Civil española con “La estaca”, cantaremos por los derechos de los trabajadores con “Le chant des Canuts”, bailaremos el “Libertango” y cantaremos “Gracias a la vida” por disfrutar de una noche de buena música.

 Pablo Melgar

Gracias a la vida – Giovanni Mirabassi