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El pasado lunes 18 de febrero, asistí al recital ‘Poesía Ibérica, Poesía de la Hispanidad’, organizado por el Instituto Cervantes en la calle Alcalá, madrileña. El acto estuvo dirigido por Luis García Montero, quien ejerció sus funciones de director de la Institución y de poeta, al mediar en el coloquio entre los autores Miren Agur Meabe (País Vasco), Xuan Bello (Asturias), Elvira Sastre (Castilla y León), Alex Susanna (Cataluña), Miguel Anxo Fernán Vello (Galicia) y María Negroni (Argentina).
El acto tuvo como objeto, reunir a poetas de distintas lenguas para poner sobre el foco la diversidad idiomática que reúne el territorio hispanoamericano y la variedad de dicciones poéticas que confluyen en él. De esta forma, en su discurso inicial, el poeta granadino abogó por el diálogo, el respeto, el conocimiento y la libertad como requisitos fundamentales para que los pueblos dentro de un mismo territorio puedan desarrollar su singularidad.
Más tarde, cada uno de los autores recitaron sus poemas, en sus respectivas lenguas y su correspondiente traducción al castellano. Sin embargo, el debate comenzó cuando la poeta vizcaína Miren Agur Meabe subió al estrado para desmarcarse como poeta de la hispanidad, “eso nunca”. En un silencio sepulcral, el auditorio disfrutó de su ‘Ruego a las palabras’ y de la dicción del euskera, que dejó patente por qué es la más independiente de entre todas ellas en cuanto a identidad y personalidad propia.
ESKAERA HITZEI
Ez utzi, hitzak, lurretik urrundu nadin, ganaduaren hatsetik, txibiaren odoletik.
Zuen orin margotuak limurtu baninduen, xaloak zuek, nire lehen sostenaren loretxoa bezain.
Ez onetsi, hitzak, historiaz ahaztu nadin, ideiaren logalduaz, fedearen giltzatxoaz.
Zuen hatz ugariek zirri egin bazidaten luzaro, nire bendak egosiz zuen eltze espresean.
Ez onartu, hitzak, nire gorputza aipa ez dezadan, haren lege aldakorrak, haren gainbehera zuhurra.
Bidarteak asko izan arren garraiatu banauzue, kalalardoak pasteltxo ofizialaren zamaren azpian.
Ez zilegitu, hitzak, ofizio hau albora dezadan, nahiz eta gordinak jo, nahiz eta onurak jan.
Azken obuluaren egunetik beste bat ari naiz bilakatzen. Hitzok, ez nazazue bahitu Renoir zaharraren ezein eszenatan. |
RUEGO A LAS PALABRAS
No permitáis, palabras, que me aleje de la tierra, del aliento de las vacas, de la sangre de la sepia.
Si me sedujisteis con vuestro lunar pintado, inocentes como la florecilla de mi primer sostén.
No consintáis, palabras, que me olvide de la historia, del insomnio de la idea, del llavín de la fe.
Si me dejé manosear por vuestros múltiples dedos, si hervisteis mis vendas en vuestra olla express.
No aceptéis, palabras, que obvie mencionar mi cuerpo, o sus reglas variables o su sabio declinar.
Si me acarreasteis a pesar de las encrucijadas, escarabajos bajo su tierno pastelito oficial.
No admitáis, palabras, que me aparte de este oficio, aunque lo crudo me golpee, aunque lo blando me devore.
Desde que ovulé por última vez me estoy convirtiendo en otra. No me retengáis, palabras, en ninguna escena del viejo Renoir. |
Acto seguido, el poeta Xuan Bello, continuó con la discusión al considerarse un “español contento pero asturiano de tradición” y culpó al sistema de generar las disputas entre los distintos territorios al no saber gestionar su propia riqueza. Invitó al público a disfrutar del espacio asturiano “que es un espacio, como tantos otros”. ‘Paniceiros’ fue su poema elegido, en honor a su pueblo, en rivalidad también con los pueblos colindantes.
PANICEIROS
Conozo un país onde al mundu–y llamen Zarréu Grandiella Picu la Mouta Paniceiros
Un mundu que perdéu l’aldu los caminos Xerusalén llevantao na palma la mano d’un nenu
Un mundu que yera altu luminosu esbeltu Naciente y fonte y vocación de ríu
Onde los homes callen y el silenciu ye renuncia Onde escaecimos el ser Onde claudicamos
Un país onde la casa cai cai l’horru la ponte El molín la ilesia l’home tamién cai
Onde la mirada yera pura cenciella la xaceda que dexara la nube en cielu
Onde namás nos queda la memoria corrompida de la infancia
La nuesa soledá L’abandonu de nueso |
PANICEIROS
Conozco un país donde el mundo se llama Zarréu Grandiella Picu la Mouta Paniceiros
Un mundo que perdió sus caminos Jerusalén levantada en la palma de la mano de un niño
Un mundo que era alto luminoso esbelto Naciente y fuente y vocación de río
Donde los hombres callan y el silencio es renuncia Donde olvidamos el ser Donde claudicamos
Un país donde la casa cae cae el hórreo el puente el molino la iglesia el hombre también cae
Donde la mirada era pura sencilla la huella que había dejado la nube en el cielo
Donde tan solo nos queda la memoria corrompida de la infancia
Nuestra soledad Este abandono nuestro |
Después, fue el turno de la segoviana Elvira Sastre (la representación millenial de la sala) quien tiró de clichés en tono diplomático en busca de un punto en común entre todos los asistentes: “yo tengo un amigo catalán…” La exitosa poeta entre los más jóvenes, y seguramente la única entre los ponentes que usa Instagram, declaró que envidiaba el bilingüismo de sus compañeros y que, aún así, ofrecía con humildad su castellano de Segovia. Al ser traductora de poesía, antes de recitar dos de sus poemas, subrayó la importancia de las traducciones como “un logro”.
EL AMOR EN UN BOTE DE CRISTAL
La soledad es mirar a uno ojos que no te miran.
Llega entonces ella, disfrazada
de pájaro, árbol y viento,
llega entonces ella, disfrazada,
atrapa una lagrima con el dedo
y la mete en un bote de cristal.
Añoro el mar
alcanzo a decir.
No quedara hueco en el mundo en el que no existas,
me dice,
no existiera lugar alguno en el que
no te mire.
Montañas, sauces, telas de araña,
en todos tejo tu nombre,
en todos coloco tu cuerpo frente al daño.
te llevare, acaso,
ante el precipicio,
habré de empujarte y de cogerte la mano
para que me creas.
Y solo entonces si desvió la mirada
hacia el fondo,
inquieta por lo que allí, te espera,
te diré que no puedo compartir mi dolor,
que el viento me lleva a otro sitio,
que el silencio es el único lugar
en el que me quedan palabras,
que he de soltarte
para poder cogerme,
que me voy, amor,
que te quiero y que me voy queriéndote
para no quererte nunca más
y olvidar las montañas,
y los sauces,
y las telas de araña
y tu cuerpo frente al daño
que me espera ahora en otros lugares.
Y así, con el dolor de lo inevitable,
recogerás con el dedo la misma lagrima
que hoy me quitas
y volverás a dejarla sobre mi rostro,
esta vez
en la otra mejilla.
La soledad es mirar a unos ojos que no te miran.
Luego subió al atril, el poeta catalán Álex Susanna, que también apeló al diálogo como la mejor de las estrategias en cuanto al debate de la identidad. Según su parecer, en un momento dado tras la Transición Española, el conjunto del país no supo “apreciar aquella riqueza del patrimonio cultural y comenzamos a considerarlo un problema”. Es por ello que optó por su poema ‘Promiscuidad’ (que no he encontrado su versión catalana en la red).
PROMISCUIDAD
Durante muchos años
has tenido la biblioteca
perfectamente
ordenada por géneros,
lenguas y movimientos,
siendo la poesía
el más consentido,
la anglosajona
la más frecuentada,
y los post-románticos
los preferidos.
A tus cincuenta, sin embargo,
te montas una nueva
mucho más compacta,
en la que géneros, lenguas
y movimientos conviven
de manera promiscua,
cómo si entre ellos no hubiese
demasiadas diferencias
sino el gusto creciente
de irse mezclando.
Avanzaba el recital y el poeta gallego Miguel Anxo Fernán Vello celebró con entusiasmo el experimento de mestizaje en el que estaban inmersos. A la vez que subrayaba el carácter democrático y republicano del acto, tuvo tiempo también para defender el gallego como el idioma lírico por excelencia de la tradición poética española. Tras perderse en una enumeración de citas célebres, el escritor, editor y político leyó su evocador ‘Tardes de agosto’ que nos transportó directamente al verano más abrasador.
TARDES DE AGOSTO
Tardes de resina ardente e carbón e cisne, fervedoiro de vidros e sal; tardes de estrela ondulada que entra e sae das horas, fervor de bairro e praia, perfil branco da brisa. Tardes atadas a unha raíz, a un astro, entre espesas bandeiras de sul, sílabas quentes de xiz e beixo dentro da chama, dentro da carne queimada polo vento. Este agosto ancorado de luz é como un peixe lento que se adentra no sangue, único asombro de alva que arvorece no tempo. Estas tardes de agosto que arden en fósforo e espuma, flores de cera vivas no forno transparente do día. Na cidade referven mil espellos e ollos dentro dos ollos, ángulos de ferro e seda mordendo o incéndio do ar. Tardes de sol, de pedra e barasa limpa, láminas consumidas até un fulgor imóvel no horizonte. Tardes de animal seco na boca e curvas de po e níquel, fogueira espesa, máquina calcinada, ruas brillantes de sabor a lámpada e area. Tardes de agosto, tardes de pel e cervo e fibra, o centro do verao entre a terra e o mar, na loucura do sangue o sexo azul do fogo, o corazón sen sombra, vivo como un salto de alegría iluminando o corpo, o remuíño de auga e luz que se bebe nos ollos, aquí, no centro feliz do tempo, nesta fremente claridade que anuncia incesante a distáncia e o olvido da morte. |
TARDES DE AGOSTO
Tardes de resina ardiente y carbón y cisne, hervidero de vidrios y sal; tardes de estrella ondulada que entra y sale de las horas, fervor de barrio y playa, perfil blanco de la brisa. Tardes atadas a una raíz, a un astro, entre espesas banderas del sur, sílabas calientes de tiza y beso dentro de la llama, dentro de la carne quemada por el viento. Este agosto anclado de luz es como un lento pez que se adentra en la sangre, único asombro de alba que arborece en el tiempo. Estas tardes de agosto que arden en fósforo y espuma, flores de cera vivas en el horno transparente del día. En la ciudad rehierven mil espejos y ojos dentro de los ojos, ángulos de hierro y seda mordiendo el incendio del aire. Tardes de sol, de piedra y brasa limpia, láminas consumidas hasta un fulgor inmóvil en el horizonte. Tardes de animal seco en la boca y curvas de polvo y níquel, hoguera espesa, máquina calcinada, calles brillantes de sabor a lámpara y arena. Tardes de agosto, tardes de piel y ciervo y fibra, el centro del verano entre la tierra y el mar, en la locura de la sangre el sexo azul del fuego, el corazón sin sombra, vivo como un salto de alegría iluminado el cuerpo, el remolino de agua y luz que se bebe en los ojos, aquí, en el centro feliz del tiempo, en esta ferviente claridad que anuncia incesante la distancia y el olvido de la muerte. |
Y, por último, le tocó subir al púlpito a la poeta argentina María Negroni, quien sintió el debate “de la supuesta diferencia” como una observadora pues venía “de lejos”. Según ella, cada una de las variedades lingüísticas tiene su propia riqueza pero cree que “hay una masa común que está en la base de las lenguas y se filtra, sobre todo, en la poesía”. Para terminar con la primera parte del recital, optó por algunos poemas de su libro inédito ‘Oratorio’ en su idea de emocionar el lenguaje (y que me perdone por la transcripción manual, solo para que podáis disfrutarla).
Bajo esa luz que ha visto
envejecer a los hombres
hay un jardín de lunas reales
un lepidóptero hay
y una artemisia también
con su
pequeña carga
de lo que se le escapa
nadie pregunta por los motivos de esa luz
se mide el mundo en tales, en bajadas,
como una forma de aplacar el desamparo
casi nunca, para contar un cuento a los lepidópteros
hay un jardín de Rey en el jardín
arquitecturas varias para amueblar la infancia
un poco triste de las sensaciones
y también más y otras cosas
como finísima intuición
de no haber sido
más que orfandad exaltada
canto insoluble este haber
su belleza le viene
de todo lo que parte
del Rey que hay en el Rey
del mundo que se alumbra
cuando nadie lo escribe
lo que debiera oírse no se oye,
ni poco ni mucho se oye
la voluntad desnuda
que desordena y dicta cartas de divorcio
peor que eso, nunca sabremos
de qué estupor se trata
quién o qué se ausenta en el palacio del vocabulario
peregrinos en ropas de silencio y enseres de alto duelo
cambiamos de rumbo, de estilo, de sepulcro
a veces pensamos que existimos tan poco
sembramos caballos, prácticamente escasos
por generaciones ni agua de la boca
ni siquiera hay albricias con voz de obsequiar
nada que erradique la prisión invisible
ningún artista en su jaula del hambre
Entonces comenzó el coloquio y Luis García Montero volvió a coger el micrófono para recalcar que “dentro de la comunidad del español, los españoles somos solamente un 8% del castellano”. Como no podía ser de otra manera, la patata caliente volvió a Miren Agur Meabe para que aclarase las vibraciones colonialistas negativas que le produce el término de hispanidad. Por ello, García Montero propuso el término ‘iberoamericano’, más amable quizás para superar los recuerdos de la dictadura y el Imperio español.
Por su parte, Xuan Bello defendió la ‘hispanidad’ al creer que esa riqueza diversa debe ser admirada, a pesar de la Administración y que, desde su óptica asturiana, le parecía que algunas Autonomías tenían que ver las cosas desde la esquina del hambre, pues no ha habido una política tan rigurosa en lo lingüístico en todas las zonas del territorio español.
En cuanto a la visión catalana del coloquio, Álex Susanna tuvo que enfrentar el debate de las diferencias al declarar que el problema empezará a resolverse cuando las lenguas sean respetadas. Para el poeta catalán, la configuración de las Autonomías trató de diluir las tres Naciones sin Estado en una sola y en el momento en que se uniformizó todo empezaron los problemas.
En un momento dado, Luis García Montero apeló al papel de la juventud al recalcar que se encontraron con “todo esto hecho”. Por alusiones, Elvira Sastre solamente añadió que le da tristeza “que se usen los idiomas como arma política”, pues nos perdemos en ello y hay que defender las palabras como forma de libertad.
Para Miguel Anxo, la solución es totalmente política y que, “más tarde que temprano, lamentablemente”, a España no le quedará otra que tomar la determinación de configurarse bajo una estructura confederal de Estados libres si quiere superar esta crisis de las diferencias.
El coloquio alcanzó su desenlace con la pregunta salvadora de un joven almeriense que declaró haber escuchado poesía en euskera, por primera vez, y se preguntaba cómo la poesía podría tomar parte activa en este debate. Álex Susanna respondió que la poesía y la cultura son capaces de llegar donde la política no llega, por su actitud de herramienta de intercambio. También, el escritor y Diputado en las Cortes Generales, José Juan Díaz Trillo intervino desde el público para recomendar al joven, la conferencia de Juan Ramón Jiménez en 1936, ‘Política poética’ o ‘El trabajo gustoso’.
El acto finalizó con otro recital por parte de cada uno de los poetas que volvieron a tomar la palabra, de forma separada, para recitar y despedirse del público asistente. Momento que María Negroni aprovechó para tomar parte, por fin, en el debate al aconsejarnos a todos que “no tenemos que tener miedo, las lenguas son criaturas vivas”.
os habla Pablo Melgar Salas,
mi álter ego periodista cultural
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