“Para los poetas y dramaturgos, en vez de homenajes yo organizaría ataques y desafíos en los cuales se nos dijera gallardamente y con verdadera saña: “¿A que no tienes valor de hacer esto?” “¿A que no eres capaz de expresar la angustia del mar en un personaje ?” “¿A que no te atreves a contar la desesperación de los soldados enemigos de la guerra?”.

Federico García Lorca

He aquí una reflexión acerca de los Premios de la Universidad de Granada a la Creación Artística, en concreto a los correspondientes a las categorías de Narrativa, Poesía y Texto dramático que han quedado desiertos en sus tres categorías.

Cuando decidí presentar una obra en la categoría Federico García Lorca de “Poesía”, la primera dificultad que tuve fue la extensión del poemario propuesto por las bases del premio en cuestión:

 

  1. En la modalidad de Poesía la extensión del libro estará comprendida entre 200 y 300 versos.

 

Entonces me puse a enumerar los versos con los que contaba y solamente con el primer poema, que era el hilo conductor de mi poemario, ya había superado los 100 versos. Me pregunto si es ésta una táctica, por parte de la Academia, de abrazar la concepción de libro de bolsillo que florece en las editoriales más comerciales de poesía que publican única y exclusivamente a los autores con más seguidores en las redes sociales. Convirtiendo a la poesía en algo liviano, superficial y mediático. De cualquier forma, me parece que es bastante difícil estructurar un poemario de verdad que no supere los 300 versos y que no sea un libro de aforismos o de poemas de Instagram, como los llamo yo, que son poemas de cuatro versos ideados para ser fotografiados y subidos a las redes sociales.

Cuando entregué la obra en el Palacio de la Madraza de Granada, lo hice al borde del límite de tiempo, y me dieron el número 32. Supongo que fui el último que entregó su obra en mano en la categoría de Poesía y habrá que sumarles las entregadas por correo ordinario. Por lo que contamos con una participación bastante reducida para ser un concurso de estas características: concurso de poesía con el nombre de Federico García Lorca en la ciudad de Granada, condecorada como Ciudad de la Poesía. Me impresionó una participación tan baja pero cuando me enteré de que la categoría de Poesía había quedado desierta en la convocatoria del año anterior, entendí que los poetas de la Universidad de Granada hubiesen cedido ante la decepción y decidieran intentar otros caminos en su carrera de artistas.

El jueves 22 de junio, Pilar Aranda (rectora de la Universidad de Granada), en el acto de entrega de los Premios a la Creación Artística para Estudiantes Universitarios –que, como su nombre indica, es un premio destinado a apoyar la creación artística de los alumnos con un empujón económico y mediático- ha anunciado que las categorías correspondientes a Narrativa, Poesía y Texto dramático han quedado desiertas. Ha invitado a la reflexión, ya que Granada es considerada Ciudad de la Poesía, condecoración de la que se vanaglorian todos los trabajadores públicos de las Instituciones culturales de la ciudad. Ha dicho que la Institución tendrá que poner más empeño en la educación artística de sus alumnos. Ya que el Jurado considera que ninguna de las obras entregadas tiene la suficiente calidad literaria para ser reconocida. Por lo tanto, no hay ningún poeta, prosista o dramaturgo entre todos los participantes que merezca ser ayudado por su Universidad en su carrera artística (uno de los más difíciles caminos que existen hoy en día para ganarse la vida en esta sociedad basada en el utilitarismo).

Al volver a casa, investigo en la red y no hay rastro de los nombres de los ganadores ni noticia alguna sobre la decisión del “Jurado” de dejar desiertos TODOS LOS PREMIOS LITERARIOS (después de escribir ésto el Canal de la UGR ha publicado el fallo en su página web). Tampoco hay información sobre quién compone el Jurado  más que lo siguiente:

 

  1. El Jurado estará constituido por personas de reconocido prestigio en cada una de las modalidades y presidido por la rectora de la Universidad de Granada. Su fallo será inapelable.

 

Por eso quiero compartir este vídeo aportado por Munir Hachemi, un compañero de la Facultad de Filosofía y Letras, en el que se citan los nombres del Jurado y el fallo pertinente (pues no se encuentra dicha información en la web de la Universidad).

 Por lo tanto, los 1.800€ de dinero público presupuestados para la ayuda de los “estudiantes matriculados en estudios oficiales de las distintas universidades españolas durante el curso académico 2016-2017”, han sido ahorrados por la Institución y su correspondiente edición por la Editorial de la Universidad de Granada.

Tal y como me ha propuesto mi rectora, tras exponer por mis propios medios mi experiencia personal relativa a este concurso, voy a hacer una reflexión tras conocer el fallo. Si pensamos en los participantes que ha habido este año y en los que pudo haber el año pasado en la categoría de Poesía, podemos estar hablando de unos 80 ó 90 poemarios como mínimo, de los cuales NINGUNO tiene la calidad necesaria para ser ayudado por su Universidad. Lo mismo ha sucedido este año con las categorías de Texto Dramático y Narrativa. Pero me pregunto, si es un concurso ideado para los estudiantes (pues no estamos hablando del Premio Planeta), ¿no sería ético que la Universidad apoyase al que más calidad literaria tuviese de entre todos los participantes, a pesar de no gozar del nivel requerido por el certamen? ¿De verdad que durante dos años seguidos ningún poeta ha rozado la excelencia exigida por ese Jurado fantasma? ¿O es que es un Premio que ganan solamente aquellos que pertenecen a la Academia o están íntimamente ligados a ella? Las obras se entregan bajo pseudónimo, en teoría cualquiera podría ganarlo pero al ver el historial de ganadores me entra la duda.

Mi indignación con respecto al fallo no es no haber ganado, el simple hecho de haber configurado un poemario por primera vez en mi vida y de haber participado en un concurso en mi corta carrera como aprendiz de poeta era una victoria para mí. Pero me entristece cómo la Educación Pública actúa con tal secretismo y ambigüedad, y se aleja de su propósito principal que es el de ofrecer la máxima ayuda a sus estudiantes. Los 1.800€ del Premio no solucionarían la vida de ningún poeta en este país pero sí serían un empujón para cualquiera de mis compañeros que han tenido la valentía de conformar una obra y presentarla con su nombre. El simple hecho de presentarse debería de ser reconocido por el Jurado fantasma y si de verdad la calidad literaria es tan baja, pienso que los miembros del Jurado tendrían que dar un paso adelante y dar una explicación. ¿Cuáles son los criterios que determinan la calidad de una obra? ¿Siguen la línea de las editoriales que más están vendiendo en la actualidad o tienen a Federico García Lorca como referencia? Si es así, están muy lejos de entender al poeta que escribía para el pueblo y no para una élite.

En cualquier caso, con estas líneas solo pretendo saludar a todos los compañeros que hacen poesía, narrativa, textos dramáticos o cualquier tipo de texto literario. Porque quiero decirles que no se desanimen, que sigan escribiendo. La Universidad a la que pagamos todos los años una matrícula no nos incentiva, como tampoco nos ayuda a formarnos como artistas ni como estudiantes críticos. La rectora promete haber reflexionado sobre la problemática educación artística de sus estudiantes que, por mi experiencia propia, es casi inexistente. Ningún profesor de Literatura se ha interesado nunca por mis textos (en ocasiones ni siquiera se leen los trabajos que presentamos), y eso que soy parte de un Grado de Literatura.  La Institución sirve para alimentar a una élite Académica que compone Jurados fantasmas compuestos por hombres con traje de reconocido prestigio que manejan presupuestos de miles de euros y que luego no explican a dónde van, cuando quedan desiertos sus premios. Pero la poesía prevalecerá en las redes, en la calle y en los bares. Entonces nos veremos, compañeros, y compartiremos nuestros versos, que son mucho más de los 300 que nos piden desde la Academia para ponernos nota, como hacen desde el parvulario. Porque si seguimos escribiendo, a pesar de las dificultades, estaremos contribuyendo mucho más a la educación poética de este país que los que se vanaglorian de ser “personas de reconocido prestigio” en la Ciudad de la Poesía desierta.

PD: Me llega esta noticia relativa al XXXVII Premio de Poesía Juan Ramón Jiménez, que titula: “La falta de obras de calidad suficiente para ser premiadas se repite por séptima ocasión”. Creo que invita bastante a la reflexión…

Pablo Melgar Salas