Hay ocasiones en que sabes que una canción es una obra maestra pero no te ha hecho sentir. Siempre supe que “Wish you were here” de Pink Floyd era una de esas canciones intemporales que paralizan el corazón de tanta gente…Pero nunca la había escuchado dos veces seguidas.

Hoy, iba caminando por el centro histórico de la ciudad impregnándome de su edad, de los rayos de luz que tintan sus fachadas centenarias. Encantado con el ruido de risas y vajillas chocando, la gente en sociedad. Cuando un arpegio de guitarra distante se deslizaba por mis oídos, recitando nostalgia. Más tarde, otro más potente y sonoro ponía la nota de tristeza, de vida. Seguí mis pasos disimulando que conocía perfectamente esas notas, no era verdad, claro.

Una ráfaga de oxígeno resignado entró por mis pulmones haciéndome extrañar todo. Siendo consciente de que aquel paseo se merecía una compañía, no era digno para haber un único catador. Entonces mi cuerpo, rebelado de mi mente no supo mantener las apariencias y husmeó el título de la canción en mi reproductor. “Ojalá estuvieras aquí”, ponía. Y era verdad.

Me moría por compartir, por estrechar mis brazos sobre ella mientras recorría los antiguos callejones de la ciudad mientras los mendigos viven de su acordeón y los ricos sufren las prisas, mientras la veo sonreír y me siento bien. Como tantas otras veces.

Deseaba poder sentir la complicidad de mi amigo, y carcajear hasta llorar. Hablar del paso del tiempo y las cosas que hemos vivido en estas travesías y en otras similares, satisfechos.

Podría haberme encontrado con un viejo conocido, lo deseaba. Y poder cruzar nuestras vidas en un instante, como historias escupidas que hacen trabajar la imaginación, y la curiosidad.

Al fin y al cabo, no me encontré con nadie, conocido o sin conocer. Habría estado bien alternar con alguien cualquiera y decirle lo bonita que es la mañana para divagar, y que piense igual. Darte cuenta de que tú no eres el único que deambula por los bulevares limosneando pensamientos sobre la luz y la oscuridad.

Como desearía…como desearía que estuvieras aquí. Sí, a ti, al que lee. A pesar de todo es con el único con el que he saboreado las vistas, y lo bonito que es dejarse llevar al son de la música, como en un cuento. Gracias por leer y hacerme sentir bien y compartir el tiempo y el camino, haciendo volar la imaginación y divagar contigo, aunque no te conozca.

Pablo Melgar

 

Wish you were here – Pink Floyd