Diario de un rockero. Paul McCartney -23.05.2015-
Por Alberto Frutos La vida puede durar tres horas. O, al menos, puede parecerlo. En algunos casos, los excepcionales de verdad, todas las sensaciones, recuerdos, sabores, aromas, postales, atardeceres y promesas hechas a dos voces y escritas a cuatro manos, caben en un disco. En una canción. En un estribillo. No caeremos en la reiteración, que roza el tópico, de que las (mejores y peores) vivencias caben en una canción, ni que la música esconde...